Pilar, en una imagen de archivo
Pilar, en una imagen de archivo - DE SAN BERNARDO
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Pilar Medina Sidonia ofrece su ADN para evitar la exhumación del cuerpo de su padre

Hace algo más de un año una mujer de 65 años interpuso una demanda de paternidad contra el que fuera marido de la duquesa roja, fallecido en 2008

Madrid Actualizado: Guardar
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Si nadie lo impide, el 21 de abril y bajo orden judicial se exhumarán los restos mortales de Leoncio González de Gregorio, el que fuera marido de la Luisa Isabel Álvarez de Toledo, XXI duquesa de Medina Sidonia (también conocida como la duquesa roja), tras la demanda de paternidad interpuesta por Rosario Bermudo (65 años).

Hace algo más de un año, esta mujer acudió a la Justicia para que se le reconociera como hija de González de Gregorio, fallecido en 2008. Su abogado, Fernando Osuna (precisamente el representante legal de Manuel Díaz «El Cordobés» en su demanda contra Manuel Benítez), ha conseguido que el juez atienda sus argumentos tras presentar como pruebas una vieja fotografía y el testimonio de su clienta.

Asegura que la madre de Bermudo trabajó como criada en el domicilio de González de Gregorio y que, tras quedar embarazada, «tuvo que salir adelante sola y como pudo». También aporta los resultados de un análisis privado que se realizó tras apropiarse de una botella de la que habría bebido Leoncio, actual duque de Medina Sidonia. Según esos resultados, habría un 100 por cien de fiabilidad de compartir el ADN con Rosario Bermudo.

Como ha explicado el propio Osuna, en un primer momento se pusieron en contacto con los hijos del demandado para que se sometieran a un test, evitando así otras medidas más duras. La negativa a dicha solicitud hizo que el juez pusiera fecha para el levantamiento del cadáver, que reposa en una tumba de Soria. Si se demostrara que Rosario es hija del aristócrata, estaría en juego la herencia que dejó a sus cuatro hijos (Leoncio, Pilar y Gregorio, además de Javier, fruto de una relación extramarital, pero a quien reconoció en vida) y cuya heredera universal es precisamente Pilar, una vez que se repartió la legítima entre el resto de hermanos.

Llegados a este punto, ha sido Pilar quien ha dado un paso adelante al enviar el pasado lunes un escrito al juzgado, a través de su abogado, donde se ofrece para someterse a la prueba de ADN. «Quiero evitar un acto tan desagradable como es el levantamiento del cadáver de mi padre. Me resulta muy siniestro. Si no lo hice antes es porque creí que la demanda nunca iba a prosperar», cuenta. En su entorno más cercano aseguran que, ante la falta de pruebas de Bermudo y debido a que presentó su demanda sesis años después de la muerte del aristócrata, ni ella ni sus hermanos creían que el caso prosperaría. También, el hecho de que la demandante tiene un padre legal.

«¿Por qué no exhuman el cadáver del padre de Bermudo en lugar del nuestro, para determinar que no era el biológico?», se pregunta Gabriel González de Gregorio, quien no entiende cómo se puede pedir una paternidad existiendo legalmente otra. Ninguno de los tres tuvo reparos en ayudar a su hermano Javier, nacido fuera del matrimonio con la duquesa de Medina Sidonia. «Aquello estaba muy claro y, por supuesto, le ayudé haciéndome las pruebas. Mi padre lo reconoció en vida», recuerda Pilar.

En cuanto a la herencia que habría que repartir en caso de que Bermudo ganara la demanda, hay muchas dudas al respecto, puesto que desde 2008 muchas de las propiedades y acciones del difunto han disminuido su valor. Ahora cabe esperar la decisión del juez, si paraliza o no la exhumación. El gesto de Pilar se debe a su propósito de evitar «un mal mayor y muy triste y doloroso para la familia. Si el indicio en contra era nuestra negativa a esa prueba, aquí estoy yo ofreciéndome», añade.

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