Paula junto a su hija Daniella
Paula junto a su hija Daniella - UAT

Paula Echevarría y David Bustamante quieren la fiesta en paz

La actriz y el cantante piden una tregua a los medios de comunicación para que Daniella Bustamante Echevarría disfrute de su gran día en San Vicente de la Barquera

Madrid Actualizado: Guardar
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Hoy, todas las miradas, todos los objetivos, se dirigirán a un rincón de la costa norte española: San Vicente de la Barquera (Cantabria), localidad en la que Daniella Bustamante Echeverría (8 años) hará su Primera Comunión, tal y como siempre habían planeado sus padres, el cantante cántabro David Bustamante (35) y la actriz asturiana Paula Echevarría (39). A las once de la mañana, en la iglesia de Santa María de los Ángeles -el mismo templo en el que fue bautizada-, la pequeña Daniella recibirá el sacramento. Estará, pues, a muchos kilómetros de distancia de su domicilio en Villafranca del Castillo (Madrid) y, a diferencia de lo que se estila en estos tiempos, cuando las comuniones más bien parecen bodas, se festejará con más sencillez que boato.

La situación familiar -«en mi casa pasan cosas», admitió en su día la propia Paula- han motivado que la fiesta en honor a Daniella sea un acto blindado y restringido para evitar más filtraciones de las que ya se han producido: el fichaje del conocido fotógrafo de moda Valero Rioja, quien ha tomado las imágenes para el álbum de Primera Comunión de la niña; y el banquete en el restaurante Annua, regentado por el chef Óscar Calleja, con dos estrellas Michelin.

Posiciones neutrales

En tan señalado día para los Bustamante-Echeverría no se espera más que la presencia de los abuelos y tíos carnales de Daniella y algún sobrino. Ni sus amigas del colegio en Villafranca, que ya comulgaron hace semanas, ni la pandilla de sus padres. Poty ha dicho públicamente que no les acompañará, ya que será un acto muy íntimo. Precisamente el coreógrafo, quien ha sido requerido varias veces para hablar sobre el asunto, jamás se ha posicionado de un lado ni de otro.

Fuentes cercanas a la pareja insisten en que no piensan tomar especiales medidas de seguridad durante la celebración, pues «esperan tener la fiesta en paz». Sin embargo, David es puro temperamento y, a través de terceros, pide por favor que no les acosen ni les fastidien un día que debería ser muy especial para su hija. Por su parte, la actriz ha manifestado que «no queremos que la Comunión se convierta en un revuelo, sino que sea una fiesta familiar».

Todo un reto, a tenor del creciente interés sobre el futuro del matrimonio que, hasta el pasado mes de abril, parecía un ejemplo de estabilidad. Hoy, más allá de comprobar si Daniella lleva finalmente un vestido de Rosa Clará -la misma firma que vistió a su madre once años atrás para su romántica boda en la Basílica de Covadonga (Asturias)-, el objetivo es conseguir la primera foto de Paula y David juntos desde que, a principios del pasado abril, estallara públicamente la crisis.

Segundo acto

A partir del lunes, previsiblemente comenzará el segundo acto de esta enrevesada historia. Según los muy cercanos al matrimonio, y pese a las múltiples ambigüedades de Paula en cada aparición ante los medios -«las cosas están como están», «hay cosas que se sobreentienden y no necesitan explicación» o «el tiempo dirá...» son algunas de sus frases más recurrentes- se trata de una separación más que segura. Y el hecho de estar permanentemente en primera plana no lo están digiriendo con la misma tranquilidad el uno y la otra.

Mientras que la protagonista de «Velvet» siempre trata de poner buena cara, incluso en plena calle y cuando las temperaturas se disparan a 40 grados, al cantante le cuesta tener esa frialdad y suele caer en la «trampa» de enfadarse con los reporteros que siguen sus pasos. David no lleva nada bien que todo el mundo esté comentando lo que sucede en su casa y así lo confirma él mismo a ABC: «No hay nada que aclarar. La pelea está fuera y no entre nosotros. Están haciendo demasiado daño», asegura dolido.

Lo cierto es que aunque Paula lo haya negado en público, hace unos años acudieron al notario para firmar unas condiciones en caso de separación y divorcio. Ese acuerdo está datado y, entre otras cosas, figura que ninguno hablaría públicamente sobre su vida marital o todo lo relacionado con su intimidad. Consta de una penalización en caso de que alguna de las partes rompiera ese pacto de silencio, por la cual habría que depositar la suma de 100.000 euros en una cuenta bancaria a nombre de su hija. «Se trataba de asegurar que una ruptura no fuera a dañar su imagen pública ni afectar a la estabilidad de su hija, algo en lo que están plenamente de acuerdo los dos», asegura una persona de la confianza del matrimonio.

En busca de la cordialidad

En cuanto a su futuro, y aunque ellos siguen sin querer poner nombre a su situación, lo que sí está cada vez más cercano es el anuncio del final de su unión matrimonial y, seguramente, el principio de una relación de lo más cordial, que sería muy al estilo de ejemplos como Gunilla von Bismarck y Luis Ortiz, cuando decidieron divorciarse y llevarse bien. No hay más que seguir las redes sociales de ambos para comprobar cómo Paula es la primera en poner «me gusta» a todo lo que publica su marido y hasta reírse con algunas de sus bromas. «En este tiempo, las cosas están mejor entre ellos y eso hace que David sí piense en que puede haber una manera de solucionar su matrimonio, pero los que están cerca de Paula saben que no es así», explica un amigo de la pareja. Sobre los rumores de una nueva «ilusión» de la actriz, nadie ha podido confirmar que eso sea cierto. «Paula ha empezado a hacer vida de soltera, sale con sus fieles y siempre lo hace con mucha discreción. Cuenta con la confianza tanto de sus compañeros de trabajo como de sus amigas de hace años. Está muy protegida», añade la misma fuente.

Por su parte, David, que continúa de gira por España para presentar en directo el álbum «Amor de los dos», no quiere ni oír hablar del final del matrimonio. «Sigue con la esperanza de una reconciliación», algo que sus amigos consideran « bastante improbable».

De momento tanto Paula Echevarría como David Bustamante quieren celebrar la Comunión de su hija en paz y en familia. Y partir de entonces, ya se verá si efectivamente la separación definitiva es real.

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