La Navidad de Isabel Preysler

La «reina de corazones» reunirá en Miami a sus hijos y sus parejas, su madre y sus sobrinos. No faltará Mario Vargas Llosa

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Recién llegada a Madrid tras pasar casi tres semanas viajando por México, con «escala» en Nueva York y en compañía de su pareja, Mario Vargas Llosa, Isabel Preysler ya está nuevamente cambiando maletas y organizando su casa para volver a estar fuera otra temporada.

Detallista y perfeccionista, Isabel no duerme si no tiene cada cosa en orden, así que estos días está concentrada en ultimar cada regalo, cada envío y cada felicitación -que suele hace en sobres azules y con cartas manuscritas-, además de comprobar que toda la organización de su residencia de Puerta de Hierro funciona como un reloj. Aunque siempre se ha descrito como una mujer casera, que disfruta en su hogar y que apenas hace vida social, salvo para asistir a las cenas de los amigos o atender sus compromisos profesionales, desde que se enamoró del premio Nobel vive en un continuo ir y venir, al que ahora empieza a acostumbrarse.

Pero todavía no ha llegado a la energía de un Vargas Llosa, «que no hay quien el siga el ritmo», como en su día comentó a esta periodista.

Todos a la mesa

Durante muchos años, Isabel siempre ha querido pasar la Nochebuena en su casa de Madrid. Primero, en El Viso y, después, en Puerta de Hierro. Y siempre con todos sus hijos en la mesa; incluso, con su hermana, sus sobrinos y su madre. «Siempre nos reunimos y tenemos una cena tranquila y en familia. Aprovechamos para darnos los regalos, ya que luego en Nochevieja cada uno va por su lado», explicaba. Así ha sido durante sus tres matrimonios -con Julio Iglesias, Carlos Falcó y Miguel Boyer- y así sigue siendo ahora con el escritor peruano, que se ha unido a la familia Preysler en estas celebraciones, tras terminar su matrimonio de 50 años con Patricia Llosa.

Este año, Isabel hará lo mismo que el pasado: celebrar las fiestas en Miami donde viven sus tres sus hijos mayores, Enrique, Chábeli y Julio José (casado con Charisse Verhaert) y donde pone miles de kilómetros a los últimos recuerdos navideños con su difunto marido Miguel Boyer. Así lo hizo tras enviudar y así han querido repetir también debido a lo complicado de las agendas, especialmente la de Enrique Iglesias.

Los nietos y las abuelas

Para Isabel, la Navidad es tiempo de niños y poder disfrutar de sus nietos. Aunque hable casi a diario con Chábeli y con los pequeños Alejandro y Sofía, lo cierto es que siempre está deseando volver a tenerles cerca, especialmente en unos días donde la familia cobra especial protagonismo. Adaptado a ese ambiente, para Vargas Llosa el plan es perfecto. Estará incluso con la madre de Isabel, Beatriz Arrastía Reinares, que vive casi todo el año en Puerta de Hierro; también, con los hijos de Beatriz Preysler, fallecida hace unos años.

Enrique Iglesias y su novia Anna Kournikova serán de nuevo los anfitriones de Tamara Falcó y Ana Boyer, a quien también acompañará su novio, el tenista Fernando Verdasco, por quien ha dejado su trabajo en un bufete de abogados con la intención de poder acompañarle en sus torneos. Después de unos meses de intenso trabajo en el despacho que la contrató, y a pesar de su preparación académica que tanto enorgulleció a su padre, al final Ana ha preferido apostar por su relación sentimental y estar lo más cerca de un novio que apenas para en España. Como tenista de élite, participa en casi todos los torneos y eso haría muy difícil una relación a base de teléfono móvil. Mientras se lo pueda permitir, le acompañará.

Buenas noticias

Tanto en la calle como en casa se hacen apuestas por saber quién formalizará antes su relación sentimental. El nuevo año 2017 promete estar cargado de celebraciones para la familia, pues ya que se da por seguro que Isabel y Mario podrán oficializar su relación, una vez haya terminado el trámite burocrático del divorcio del escritor. Del mismo modo, todo apunta a que Verdasco y Ana aprovecharán algún parón en los torneos del tenista para preparar su boda. Sin embargo, nadie cree que Enrique y Kournikova pasen por la vicaría, ya que no parecen dispuestos a cambiar de estado civil. Amantes de los perros, en su casa de Miami sus mascotas son los reyes, aunque todos esperan que cualquier Anna les de la noticia de un embarazo que haría las delicias de Isabel.

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