El año de las mujeres en los Premios Goya: ellas, delante y detrás de las cámaras

En el 30 aniversario de los Goya, rendimos homenaje a las mujeres que hacen posible que el sueño del cine sea una realidad

Madrid Actualizado: Guardar
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¡Somos muchas! Exclama entusiasmada Sylvie Imbert, maquilladora de cine, nominada para el Goya al mejor maquillaje y peluquería. Se refiere a la cantidad de mujeres que compiten por un premio en esta edición. «Este año, la cosecha habla en femenino: Isabel Coixet, Paula Ortiz, Leticia Dolera, Mabel Lozano... sin contar las caras que no se ven y también están nominadas...», argumenta.

Su entusiasmo está más que justificado, porque nunca antes en la historia de los Goya, que este año cumplen 30 años, hubo tanta presencia femenina destacada. «Paula Ortiz, con La novia, e Isabel Coixet, con Nadie quiere la noche, firman las dos películas que lideran las candidaturas, con 12 y nueve, respectivamente, y con muchas mujeres involucradas en ambas producciones.

En esta edición hay 11 directoras aspirantes a llevarse premios, lo que es un dato histórico muy positivo», valora Virginia Yagüe, guionista y presidenta de CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales).

Según sus datos, el sector vive una evidente situación de desigualdad: las mujeres producen el 21% de las películas que se estrenan, escriben el guión del 15% y han dirigido alrededor del 8% de media en los últimos años. De hecho, más de la mitad de las directoras españolas solo han hecho una película en los últimos 10 años.

¿Ser mujer suma dificultades a la hora de emprender un proyecto?

«Honestamente, no lo sé», responde Gracia Querejeta, guionista, directora, productora y vicepresidenta de la Academia de cine. «Tengo compañeras que se quejan de que, efectivamente, tienen menores posibilidades o peores condiciones económicas, así que algo habrá de verdad. En mi caso, lo que percibo es una dificultad obvia para levantar proyectos, sean de hombres o de mujeres. A veces dan ganas de tirar la toalla. ¡Pero hay que resistir!». Chus Gutiérrez, también guionista, directora y productora, se muestra crítica: «La industria parece confiar más en un proyecto liderado por un hombre que por una mujer».

La consecuencia evidente es una proyección mutilada de la realidad que sigue perpetuando los estereotipos de género. Un cómic estadounidense de los años 80 sentaba, sin pretenderlo, la que sería la «prueba del algodón» de la discriminación femenina en el cine. En una tira cómica creada por Alison Bechdel, una mujer le dice a otra que ella únicamente acepta ver una película si cumple estos tres requisitos: que salgan al menos dos mujeres (y tengan nombre propio); que esas mujeres hablen entre ellas en algún momento; y que su conversación no trate sobre algún hombre (lo que no solo incluye conversaciones románticas). Así nació lo que acabó conociéndose como el Test de Bechdel.

No parecen reglas muy exigentes y, sin embargo, la mayoría de las películas lo suspende (haz la prueba: ni clásicos como Vértigo o Ciudadano Kane, ni taquillazos como la trilogía original de Star Wars, El Señor de los Anillos, Harry Potter, Piratas del Caribe...): «No es una evaluación científica ni completa, pero pone el acento en una carencia básica de muchos contenidos de películas respecto a género. La cuestión no es solo si aparecen mujeres o no, si no qué papel juegan, si se reflejan sus complejas personalidades, sus vidas o qué nivel de protagonismo desempeñan», analiza Virginia Yagüe.

Ante este panorama, son las propias mujeres las que están produciendo el cambio: haciéndose visibles en puestos de máxima responsabilidad, convirtiéndose en referentes, franqueando el acceso a las que vienen. Con el mismo objetivo, Mujerhoy ha reunido a 41 mujeres del cine, que representan a todas aquellas que luchan por sacar adelante nuestra industria. Todas han logrado abrirse camino para llegar a lo más alto en su ámbito: interpretación, producción, dirección, guión, equipo técnico, casting, representación, comunicación... Cada una supone una grieta en esa bóveda invisible hecha de prejuicios, estereotipos y desigualdades largamente alimentadas. La noche del 6 de febrero, algunas volverán a casa con un Goya bajo el brazo. Otras, no. Pero el cine habrá dado un paso adelante. Luces, cámara... ¡acción!

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