Lucía junto a Olfo y parte de la familia en el entierro de Bimba el pasado mes de enero
Lucía junto a Olfo y parte de la familia en el entierro de Bimba el pasado mes de enero - Gtres

La madre de Bimba Bosé habla por primera vez del «dolor insoportable» que sufre tras su muerte

Lucía Dominguín, madre de la modelo, habla por primera vez y concede su entrevista más sincera y personal

MADRID Actualizado: Guardar
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«La muerte de una hija a la que quieres con locura es insoportable. Ya no puedo ser igual que antes, Sin Bimba. Perder a un padre, vale; perder a una madre, vale; es un golpe enorme... Pero, ¿mi hija?». Así de duro es el relato con el que Lucía Dominguín Bosé habla por primera vez de como se encuentra tras la pérdida de su hija el pasado 23 de enero.

«Aunque parezca mentira Bimba luchó hasta el final. Apesar de que estaba enferma, no esperaba este desenlace. Todavía no lo asimilo, miro y la veo, la siento a mi lado». «Su pérdida ha sido un desgarro natural, no puedo cambiarlo ni pretengo hacerlo. Lo que sí necesito es buscar un recurso para seguir adelante y un ''para qué'' lo que me sirve y con eso intentaré salir», confiesa Lucía.

En el amplio reportaje de la revista Semana, Dominguín pasa por diferentes estados y recuerda al detalle diferentes anécdotas vividas con su hija. Además, habla de sus nietas con total claridad y del profundo dolor que sienten tras perder a su madre: «Tengo que pasar mi duelo, quiero que Juno y Dora, mis nietas, me vean con la fuerza y alegría que sea reunir». «Admiraba a Bimba por su dedicación total a sus hijas, era una madre espectacular». «Por suerte mis nietas tienen un padre adorable y las cuida, mima y se desvive por ellas. Aunque no quiero ni imaginar lo duro que tiene que estar siendo esto para las niñas».

Pese al difícil momento, Lucía Dominguín se niega a recordar a su hija en su etapa más dolorosa. Apuesta por revivir su sonrisa una y otra vez y todo lo bueno que le inspiró a lo largo de sus 41 años de vida. «Recuerdo su carcajada, esa tremenda vida en ella... Con su fuerza era Bimba la que nos animaba a todos. El último día la vi en casa de Miguel, llegó de la quimio, estaba guapísima y sonriente... Desbordaba alegría a su alrededor».

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