Luis Miguel
Luis Miguel - REUTERS

Luis Miguel paga 950.000 euros para librarse de la cárcel

El «Sol de México», que estaba en busca y captura, liquida su deuda con su exrepresentante

LOS ÁNGELES Actualizado: Guardar
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Luis Miguel (47) ya empieza a respirar tranquilo. Tras varias semanas en permanente tensión -que comenzó a principios de marzo con una orden de embargo sobre su Rolls Royce, valorado en 285.000 euros, y que culminó a principios de mayo con su detención en Los Ángeles y posterior puesta en libertad bajo fianza-, el «Sol de México» acaba de firmar la paz con su antiguo representante a través de un acuerdo, que, al parecer, supone un duro golpe a su economía: la definitiva liquidación de la deuda contraída con William Brockhaus, hasta hace un par de años su amigo más íntimo y su hombre para todo. Al fin y al cabo, a la estrella del bolero no le quedaba otra después de perder una demanda civil frente a Brockhaus, quien le acusaba de incumplimiento de contrato, así como de los sucesivos recursos que presentó.

La cifra responde a la deuda contraída, además de las costas judiciales y los intereses de demora. En total, 950.000 euros, según confirmó a medios norteamericanos y mexicanos el abogado de Brockhaus. En esta ocasión, se ha librado de ingresar en prisión.

Tras el acuerdo, de inmediato se canceló la audiencia judicial fijada para ayer por el magistrado Jean P. Rosenbluth, un mal trago por el que Luis Miguel se resistía a pasar. De hecho, con anterioridad ya se había ausentado en diversas citas ante la Justicia, por lo que el 17 de abril se emitió una orden de busca y captura contra Luis Miguel Gallego Basteri, nombre completo del artista.

El enfrentamiento entre Luis Miguel y William Brockhaus se remonta a varios años atrás, a tenor de los documentos presentados en un juzgado federal de Los Ángeles , después de que el caso fuera trasladado desde una corte de Nueva York hasta la ciudad californiana, donde el «Sol de México» mantiene una de sus tres mansiones (las otras están en Miami y Acapulco).

La ruptura

Brockhaus y Luis Miguel se conocieron en 1997, en el hotel Camino Real de El Paso (Texas), y se convirtieron en uña y carne. Con los años, la relación de amistad derivó en una alianza profesional y en 2012 firmaron un contrato por el que Brockhaus se dedicaba en exclusiva a la carrera de su amigo. Además, se especificaba que se embolsaría un 10 por cierto de las ganancias de cada actuación. Pero Brockhaus asegura que jamás vio ese dinero. En su demanda, el exrepresentante exigía un 1.400.000 euros como compensación por incumplimiento de contrato en tres conciertos que Luis Miguel ofreció en Dallas, El Paso y San Antonio.

Horas después de que se hiciera público el acuerdo alcanzado entre las partes, al artista volvía a dejarse ver en público, armado con una espléndida sonrisa. Su reaparición ha sido en Las Vegas, donde se fotografió con algunos admiradores, que de inmediato subieron las imágenes a las redes sociales. Además, Netflix reactivaba la preproducción de una teleserie sobre su vida, con el anuncio de la búsqueda por toda Latinoamérica de actores para encarnarle. A través de un vídeo, y con su voz en off, el cantante explicaba que «durante décadas muchas personas han hablado de mi vida, pero ha llegado el momento de que mi verdad salga a la luz. Versiones hay muchas, verdad solo hay una. Esa es mi historia».

Entre los requisitos para meterse en la piel de Luis Miguel en esta producción avalada por Mark Burnett, presidente de la división de televisión de MGM, figuran tener entre 10 y 18 años (la serie arranca con sus propios comienzos como cantante) y enviar una vídeo con un tema a capela del repertorio de Luis Miguel. Más que parecido físico, se exigen habilidades artísticas.

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