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Risto Mejide y Laura Escanes - INSTAGRAM

Laura Escanes duplica su cotización después de la boda con Risto Mejide

La joven catalana hace caja tras su exclusivo enlace. Ya tiene tiene caché de celebrity

MADRID Actualizado: Guardar
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Risto Mejide y Laura Escanes podrían haber cobrado entre 80.000 y 100.000 euros por vender la exclusiva de su casamiento a «¡Hola!», que tuvo lugar el pasado fin de semana en el caserío barcelonés Mas Cabanyes. «Venir a la boda de un amigo y tener que meterte en el baño para hacerte fotos», comentó un invitado al enlace en redes sociales. Aunque todavía hay que esperar a que salga el próximo número de la revista para conocer «las lágrimas del novio, los votos románticos, el segundo vestido de la novia, el postre de quince metros cuadrados con cinco mil brochetas, el divertido piano bar y los echadores de cartas», sí que se ha podido saber, a través de las redes sociales, que la actriz Bárbara Goenaga y Borja Semper, portavoz del PP en el Parlamento vasco, no se perdieron el enlace. Tampoco, el presidente de Mediaset, Paolo Vasile; el periodista Luis del Olmo, el padre Ángel, la influencer Dulceida, la cantante Edurne, la actriz Mónica Cruz o Eugenia Martínez de Irujo y su nueva pareja, Narcís Rebollo, presidente de Universal.

Los novios disfrutaron de la Suite Premier del Hotel Mandarín Oriental, a razón de 5.000 euros, durante la noche de bodas. Resulta una incógnita saber si la pareja se ha ido de luna de miel, aunque el presentador de televisión publicó este miércoles una foto en los estudios de Mediaset donde se graba su programa «All you need is love... o no». Escanes, por su parte, ya ha retomado sus colaboraciones con firmas de moda.

Una boda rentable

La boda con Mejide ha hecho que sus seguidores en Instagram se dupliquen (ahora tiene 645.000) y la audiencia de sus vídeos de YouTube se triplique. Por eso, si antes una firma le pagaba alrededor de 25.000 euros por diez publicaciones en redes sociales, ahora la señora de Mejide pide esa misma cantidad por subir tres imágenes a Instagram con un complemento determinado y llevarlo durante dos meses. «Las cifras que pedía antes de la boda no eran nada desorbitadas, estaban en consonancia con el precio de mercado o incluso por debajo», cuenta a este periódico una fuente relacionada con el mundo de la comunicación. Y añade: «El contenido que publica es de calidad y el impacto en redes es muy bueno». Por lo visto, ahora hace como Ana Boyer:si una firma no le gusta mucho, pide más dinero por promocionarla. Las tarifas por publicaciones en Instagram, vídeos y menciones en redes, no son los únicos precios que Escanes ha tenido que recalcular. El próximo 7 de junio, acudirá a su primer photocall desde que es una mujer casada y su caché también habrá cambiado, porque ahora es más de celebrity que de influencer, aunque de momento no ha trascendido lo que cobrará por posar delante de las cámaras y hacer alguna declaración sobre su nueva vida junto a Risto Mejide.

A nivel de imagen y repercusión en cifras, Escanes es la que ha salido reforzada con este romance. De hecho, Mejide nunca se ha llegado recuperar de su «peor época», que fue en mayo de 2008, cuando después de saltar a la fama siendo jurado del programa «Operación Triunfo», llegó a tener un 55 por ciento de detractores y solo un 8 por ciento de fans. Estos datos, obtenidos a través de la agencia Personality Media -especializada en el asesoramiento de firmas y empresas a la hora de elegir a un personaje famoso para cualquier campaña de publicidad-, también dicen que, a día de hoy, Mejide tiene una valoración general de un 5,1 -un aprobado justito-, por parte de las más de 800 personas anónimas a las que encuestan. El presentador de televisión suspende a la hora de transmitir confianza, con un 4,4, y como «modelo a seguir», con un 4,3. Quizá podría seguir los pasos de su ahora mujer, ya que aprueba en modernidad (5,8) y en marcar tendencia (5,4). Ahora tiene un 33 por ciento de detractores y solo un 6 por ciento se consideran fans.

La mejor época del presentador fue en mayo de 2015, después de haber presentado «Viajando con Chester». Fue entonces cuando alcanzó su valoración general más alta con un 5,8. Tenía un 6 en modernidad, un 5,1 en «transmite confianza» y un 5,9 a la hora de marcar tendencia. Pero los encuestados seguían sin considerarle un modelo a seguir: suspendía con un 4,9.

Risto no consigue remontar la audiencia de su programa. Su valoración general de imagen y el share (ha pasado del 14 por ciento al 10) descienden a la misma velocidad. Cuando tuvo un bajón similar, se retiró una temporada y escribió un libro. Quizá ahora planee hacer lo mismo y publique un best seller que se llame « Por qué sucumbí a la civilización del espectáculo».

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