El largo camino de Fernando Verdasco al altar

El tenista madrileño atesora un amplio historial de conquistas y relaciones. Solo Ana Boyer ha conseguido que abandone el club de los solteros más codiciados

Fernando Verdasco y Ana Boyer, de vacaciones en Los Cabos (California) ABC
Ana Mellado

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Ha roto tantos corazones como servicios. Entre raquetazo y raquetazo, Fernando Verdasco (Madrid, 1983) siempre ha encontrado tiempo para el amor, o al menos, para darle una oportunidad. Pocas son las que le han dicho que no. Le avala un amplio historial de conquistas y relaciones que nunca llegaron a cuajar y que le permitieron pasar a integrar el club de los solteros de oro del tenis nacional. Pero le quedan los días contados para abandonarlo. El próximo puente de diciembre le dará el «sí, quiero» a Ana Boyer en una paradisíaca isla del Caribe, tras cuatro años de noviazgo. Comenzaron su relación en 2013 y, desde entonces, han hecho auténticas filigranas para estar juntos. Ella ha recorrido kilómetros y kilómetros para acompañarle a sus torneos y pasar temporadas en Catar, donde el tenista tiene fijada su residencia.

Solo la hija de Isabel Preysler ha conseguido que hincase rodilla para emprender el camino hacia el altar . La petición se produjo en una playa de México, a principios de agosto. Poco a poco han ido desvelando los detalles de su enlace a golpe de exclusiva. Fernando, que siempre se muestra escurridizo y cortante cuando la prensa le inquiere sobre su vida privada, parece encantando posando ante el objetivo «¡Hola!» junto a su novia.

El pasado sentimental de la hija de Preysler y Miguel Boyer contrasta con la del tenista madrileño, que el próximo día 15 cumplirá 34 años. Pocas relaciones se le conocen a Ana, más allá de su primer noviazgo oficial con Diego Osorio , que duró poco más de tres años. Actualmente, Osorio sale con la hija del cantante Bono, Jordan Joy Hewson . Fernando en cambio, el hombre de los golpes certeros en la pista, ha encadenado una ristra de mujeres, en algunas ocasiones mediando solo semanas.

Su primer noviazgo conocido fue Dafne Fernández . En 2005, cuando él lucía melena generosa y ella había logrado el reconocimiento del público tras su papel en la exitosa serie «Un paso adelante», pasearon su amor por los photocalls. Se conocían desde la infancia, pero las hormonas revolucionadas de la juventud frustraron su relación. A día de hoy, guardan una buena relación de amistad. Tras este fracaso, el tenista se echó en brazos de la nadadora y modelo Priscila de Gustín. Les presentó un amigo en común y el flechazo surgió de inmediato. La deportista, que abandonó su carrera tras ganar un concurso de belleza, vivía volcada de lleno en las pasarelas . Sus exigentes agendas impidieron que su relación fuese a más.

Siempre de torneo en torneo, se le han resistido muchas conquistas deportivas en las pistas, pero no sentimentales. No tardaron en llegar sus primeras relaciones con compañeras de raqueta. Durante unos meses mantuvo una relación con la tenista argentina Gisela Dulko, que nunca dio sus frutos. Ella rehizo su vida con Fernando Gago, exjugador del Real Madrid. Tras romper su relación con Dulko, Fernando volvió a probar suerte con otra dama del tenis; la explosiva serbia Ana Ivanovic . Su noviazgo fue breve en el tiempo, pero de largo recorrido en la prensa del corazón. En las canchas se le vio tontear también con la tenista danesa Caroline Wozniacki , aunque nunca se llegó a confirmar si tras esos gestos cariñosos en público había algo más.

Tres meses después de su ruptura con Ivanovic, en 2009, entre tenista y tenista, cambió de registro y se interesó por la actriz Camilla Belle . Le robó la novia a uno de los integrantes de «Jona’s Brothers». Las primeras imágenes de la nueva pareja fueron tomadas en el torneo de Indian Wells, en marzo de aquel año. Entonces Camilla se sentó en las gradas para animar al español. Curiosamente, hace unos años ella protagonizaba un videoclip de Enrique Iglesias, que en semanas pasará a ser el cuñado de Fernando.

En octubre 2010, pasó del set de rodaje por las pasarelas. Fernando quedó prendado de la exótica tentación hawaiana Jarah Mariano , una modelo de lencería famosa por su trabajo en «Sports Illustrated Swimsuit» y por protagonizar algunos catálogos de la firma de lencería Victoria’s Secret. Con ella logró una inusual estabilidad, pero sus dispares planes de futuro dieron al traste con su relación.

Buena racha

Ana, por supuesto, conocía su fama de conquistador incorregible cuando se cruzó ante ella en un concierto de Enrique Iglesias en 2012. Ambos siguieron sus caminos hasta el otoño del siguiente año, cuando comenzaron a salir. No se separaron desde entonces.

Su estabilidad en el plano sentimental parece haberle reportado calma y concentración en el profesional. Fernando atraviesa una excelente racha deportiva. Instalado en el puesto 39 de la ATP, el pasado jueves firmó un partido brillante ante al austríaco Dominic Thiem logrando meterse en los cuartos de final del Masters 1000 de París, una hazaña que no lograba desde 2012. También llegó a semifinales en Estocolmo.

La travesía hacia al altar ha sido larga y ardua, pero el compromiso no le podía haber sentado mejor.

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