Julio y su hermana Martina forman parte de la sociedad familiar
Julio y su hermana Martina forman parte de la sociedad familiar - GTRES

Julio Benítez, al mando de la multimillonaria sicav familiar

Preside la sociedad del clan, vértice de un grupo empresarial del que su padre se alejó en 2009 y que pilota su madre

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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Julio busca su sitio en el mapa taurino de El Cordobés. Y lo lleva haciendo desde que Finito de Córdoba le dio la alternativa en 2007, con su padre sin quitarle ojo de encima y en busca de un sucesor. Incluso mucho antes, tras los frustrados intentos de alguno de sus hermanos. Julio Benítez Fraysse (Córdoba, 1985) no ha cuajado del todo en estos ocho años como matador. El ruedo es una montaña rusa. Su éxito entre el público femenino y su porte de modelo, que ha ejercitado en los últimos tiempos, parecen indiscutibles. Su padre lo ha intentado por activa y pasiva. Hasta llegó a montar una plaza portátil a las afueras de Córdoba para que toreara porque una empresa no lo incluía en los carteles de la ciudad.

Esta temporada ha vuelto a enfundarse el traje de luces en busca de éxitos.

Sin embargo, en los últimos años, su rol dentro del clan «Benítez Fraysse» va ascendiendo. En 2013, se convierte en el presidente de la sicav familiar (la sociedad de inversión Mirabel 08 Inversiones SICAV SA), que se constituyó en 1999 con 2,4 millones de euros de capital inicial y domicilio en Madrid. Aunque, según consta en el Registro Mercantil, hasta octubre de 2008 no se produce la llegada de esta familia, con sus hermanos Rafael, Manuel y Martina Carmen como consejeros. Curiosamente, no es hasta finales de noviembre de 2014 cuando El Cordobés y su esposa entran en la dirección de la sociedad. Él como consejero, ella como consejera y secretaria. Actualmente la sociedad tiene un capital activo de 3,1 millones de euros.

Esta sicav es el vértice de un grupo empresarial centrado sobre todo en tres firmas: Firga Construcciones, Corbasa y Profaben XXI, a las que habría que añadir otras como Cortauro (2005) y Cerro de la Casa de Don Luis (2015), dedicadas a la explotación de fincas rústicas y plazas de toros y a la silvicultura, respectivamente, y en las que el joven diestro consta como socio y administrador único vinculado con su hermano Manuel.

Julio también está presente, no tan en primera línea, en las otras tres grandes patas societarias. Firga Construcciones es una sociedad que surgió en 1992. Se dedica a la explotación agrícola, actividad inmobiliaria y comercial. Desde ese año, Manuel Benítez Pérez (el nombre completo de El Cordobés) ejercía como administrador único. Pero es a partir de 2004 cuando cambian las tornas. Se constituye un consejo integrado por la familia con Manuel como presidente. Los hijos y su esposa van tomando cartas y es en abril de 2009, según el Registro, cuando el diestro desaparecerá ya de todo asiento y responsabilidad en esta firma que desarrolló años después un parque comercial de 66 hectáreas en la carretera que une Córdoba con Palma del Río, y donde enseñas como Leroy Merlin o Decathlon, entre otras, se han asentado.

No será la única salida de los negocios del patriarca. Corbasa es otra de las sociedades familiares que sigue un patrón muy similar. Su objeto social va desde la explotación agrícola a la compraventa de suelos o los productos textiles. Nació en 1993 como El Cordobés como cabeza visible. En 2004, su hijo Manuel Benítez Fraysse toma el control, y un año después Manuel padre sale del entramado. En 2009, Martina y sus hijos se hacen con las riendas de la empresa, hasta que en 2013, según siempre los asientos registrales, Rafael Benítez Fraysse se convierte en el presidente.

Patrimonio blindado

Finalmente está Profaben XXI, con un aspecto de sociedad patrimonial. Se constituye en 2004 y desde entonces no se ha alterado su composición en los cargos: Manuel Benítez padre preside, su esposa Martina Fraysse es consejera y se incluye al resto de la familia. Lo cierto es que hacia 2004, cuando se producen alteraciones importantes en la vida registral de estas sociedades, la jubilación de El Cordobés es un hecho manifiesto. Y desde entonces se produce un cierto alejamiento de los «papeles». Un síntoma que a la intuición del torero de Palma del Río le infunde sospechas. Conjeturas hay muchas sobre si hay un blindaje a la herencia, que ahora cobraría más sentido dada la demanda de Manuel Díaz, quien por otra parte ha descartado que le muevan intereses económicos en esta jugada. A pie de oficina, todo apunta a que es Martina la que lleva el timón del barco con la colaboración de sus hijos.

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