El resort de lujo Nannai, en Porto de Galinhas
El resort de lujo Nannai, en Porto de Galinhas - Nannai Resort

José Mourinho se refugia en las paradisíacas playas de Pernambuco

El extécnico del Chelsea se ha instalado en un resort de Brasil. El bungalow más barato cuesta 300 euros la noche

Corresponsal en Lisboa Actualizado: Guardar
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José Mourinho ha decidido escaparse lejos del mundanal ruido en este final de año. Transcurridas dos semanas desde su despido como entrenador del Chelsea, aguarda al otro lado del océano Atlántico su nuevo destino.

El extécnico del Real Madrid sabe que el superagente que vela por sus intereses, su compatriota Jorge Mendes (el mismo que representa a Cristiano Ronaldo), baraja suculentas propuestas procedentes del Manchester United e incluso del Bernabéu.

Así que se ha plantado en la idílica región brasileña de Pernambuco para pasar unos días en compañía de su familia en el resort de lujo Nannai, cuyas instalaciones conoce de otros años y donde el bungalow más barato cuesta 300 euros al día.

El enclave se halla en Porto de Galinhas, hasta donde peregrinan muchos famosos.

Es el destino de Mourinho inmediatamente después de haber descansado unos días en su ciudad natal, Setúbal, 48 kilómetros al sur de Lisboa.

Le arropan en el viaje a Brasil su esposa, Matilde, y sus hijos, José Mário y Tita, quien vive en Londres (como su padre) y tuvo una aventura amorosa con Niall Horan, uno de los integrantes del grupo británico de pop One Direction.

Destino muy solicitado

Porto de Galinhas se alza a solo 60 kilómetros de Recife, que posee el aeropuerto internacional más cercano a una zona tan solicitada que el Nannai Resort ya no tiene apartamentos libres hasta finales de abril, sobre todo porque la temperatura es muy agradable todo el año. No se trata en absoluto de un macrocomplejo, pues ofrece 91 plazas (en forma de bungalows en plena naturaleza). Entre sus servicios, destacan campo de golf, playa con bar y restaurante, dos pistas de tenis exteriores, piscina al aire libre y spa.

Para colmo, se añaden las piscinas naturales de la playa de Cupe (a tres kilómetros), la playa y piscina natural de Maracaipe (a nueve) y la playa de Serrambi, a 14 kilómetros.

Aventura incluida

La afluencia a los arrecifes ha sido tan intensa en los últimos años que la vida marina se ha deteriorado, aunque las campañas para recuperar ese patrimonio en Porto de Galinhas han tenido éxito. Por ejemplo, el Gobierno de Brasil ha contratado a unos monitores que vigilan esa área, de forma que no se descontrole el número de visitantes y se limite el tiempo de paseo por allí. Y pueden alquilarse unas balsas especiales para transitar por los alrededores y ver los corales.

La villa le encanta igualmente a don José porque concentra una buena cantidad de restaurantes de nivel, como el laureado Beijupirá, donde sobresalen los pescados y mariscos. No mucho más allá, en Praia do Cupe, se ubican Cabidela da Natalia y Estrela do Mar, que gozan de gran popularidad desde hace unas dos décadas, aproximadamente.

La animación nocturna también figura como un aliciente, tal cual refleja Birosca de Cachaça, donde los disc-jockeys internacionales campan a sus anchas y hacen bailar a las celebridades que se dan cita en medio del anonimato y la discreción reinantes. Por su parte, Lua Morena se consagra a los ritmos populares.

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