Ivanka Trump
Ivanka Trump - ZUMA PRESS

Ivanka Trump desembarca en el ala oeste de la Casa Blanca con un despacho propio

Nunca un vástago del presidente de Estados Unidos había estado tan cerca del poder

Corresponsal en Nueva York Actualizado: Guardar
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Ivanka Trump ha estado al lado de su padre en todas sus aventuras. Desde su juventud, le ha aconsejado en los negocios de la Trump Organization -el imperio empresarial que construyó el actual presidente de EE.UU.-, del que formó parte de su cúpula ejecutiva. También le susurraba recomendaciones en «El aprendiz», el programa de telerrealidad con el que Donald Trump se consolidó como estrella televisiva. En la campaña electoral estuvo cerca de las grandes decisiones estratégicas y formó parte del equipo de transición a la presidencia. ¿Alguien esperaba que Ivanka no tuviera protagonismo en la Administración Trump?

Ella trató de rebajar las expectativas en los primeros compases. Anunció que se mudaría a Washington junto con su marido, Jared Kushner, pero que, en un principio, se centraría en la familia: «Planeo tomarme un tiempo para instalar a nuestros tres hijos en su nueva casa y en el colegio», dijo.

Kushner también fue un asesor clave durante las elecciones. A él se le adjudicaron los cambios en la presidencia de la campaña que acabaron siendo un impulso para Trump. Ahora participa en las labores de Gobierno y tiene encomiendas de primer nivel. Ivanka no le va a la zaga. Después de muchas especulaciones sobre cuál sería su papel en el Gobierno, en las últimas semanas ha quedado claro que no sería quedarse en casa con los niños. Ella ha sido la responsable de articular reuniones de corte empresarial con mandatarios de primer nivel, como la canciller alemana Angela Merkel o el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. Su padre también le ha encargado que desarrolle nueva legislación sobre cuidado infantil y bajas maternales. Ahora se ha conocido que se instalará en el ala oeste de la Casa Blanca, la zona ejecutiva de la residencia presidencial, y que ha pasado el escrutinio de seguridad. Tendrá acceso a sus propios aparatos de comunicación gubernamentales y a información clasificada.

Ivanka inaugura un territorio desconocido en la Casa Blanca, ya que nunca un vástago presidencial había estado tan cerca del poder. El problema para ella es que, como su padre, ha labrado una compleja red de empresas con presencia en EE.UU. y en muchos países del extranjero por la que pueden detonar conflictos de interés a cada paso. La hija de Trump tiene varias líneas de moda y cosméticos, además de intereses inmobiliarios y en otros sectores. La confirmación de su presencia fue recibida ayer con críticas desde algunos sectores. «Es como un golpe de estado, y la familia del dictador se instala en el palacio mientras se prepara a saquear el país»; comentaba ayer desde Twitter Robert Reich, que fue secretario de Trabajo en la presidencia de Bill Clinton.

Para cubrirse ante las acusaciones de conflicto de interés, Ivanka ha tomado medidas como desinvertir parte de sus activos con su marido, crear un fondo fiduciario que gestionará su imperio empresarial, dimitir de sus posiciones en sus compañías y en la Trump Organization, alejarse de la gestión diaria de los negocios e impedir que sus empresas aprueben operaciones en el extranjero. Además, se someterá de forma voluntaria al código ético que rige a los empleados del Gobierno, a pesar de que no recibirá salario ni tendrá un cargo concreto. Según dijo su abogada a «Politico», será «los ojos y los oídos» del presidente. Para algunos críticos, si Ivanka va a tener acceso a información clasificada, los ciudadanos se merecen al menos saber cuál será su responsabilidad.

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