Isabel Preysler, a su llegada al evento
Isabel Preysler, a su llegada al evento - BELÉN DÍAZ

Isabel Preysler: «En mi casa nadie tiene intención de llevarme de boda»

Ante los comentarios sobre su «desparición» de la vida social, explica que ha estado en Miami y ocupada en las reformas de su piscina

MADRID Actualizado: Guardar
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Ni misterios ni bodas secretas. Isabel Preysler (66) reapareció este miércoles en Madrid para inaugurar una nueva sede de Porcelanosa en Alcobendas. Y demostró que sigue siendo la influencer mas cotizada, y eso que apenas usa las redes sociales. Llegó radiante con un diseño de Naeem Khan y joyas de Rabat -firma con la que este jueves viaja a Ibiza para otra inauguración- y recorrió las nuevas instalaciones de la marca castellonense de azulejos, con la que lleva profesionalmente unida desde hace ya 30 años y con la que, además, ha contado para reformar la piscina de su casa de Puerta de Hierro. «Había llegado el momento de hacer un arreglo, pues estaba tal cual desde hacía 27 años», confiesa Isabel.

Reconoce, además, que a Vargas Llosa le encanta nadar y que está feliz con su nueva piscina estilo infinity con vistas a su jardín. «Ha quedado impecable. Jamás quise vender mi casa, así que no entiendo de dónde salieron esas falsedades sobre que iba a ponerla a la venta», asegura.

Sigue feliz junto al escritor peruano, así que es imposible no preguntarle por la esperada boda. «No tengo ninguna necesidad de casarme, porque te aseguro que estamos fenomenal así. Podría casarme mañana mismo y mi matrimonio tendría validez en todo el mundo, aunque en Perú no se pudiera validar, ya que hay que ir allí para hacer el trámite según la nueva ley. Te puedes imaginar que no pienso hacerlo, ya que te aseguro que estamos muy bien así y no quiero que nada cambie. Además, siempre he estado casada y estoy disfrutando mucho por primera vez como novia. Sigo igual de feliz que el primer día y eso es lo que nos importa», aclara.

Preysler ha aprovechado las semanas pasadas para pasar unos días en Miami y disfrutar de sus nietos y de su hija Chabeli. «En casa ninguno de mis hijos tiene intención de llevarme de boda. Ana y Fernando (Verdasco) han estado este miércoles comiendo con nosotros y da gusto verlos tan enamorados, pero no hablan de planes nupciales; y Enrique tampoco, y eso que lleva quince años junto a Anna (Kournikova)», reconoce.

En cuanto a sus nuevos destinos veraniegos junto al escritor, Isabel sabe lo justo, ya que «con Mario todo es posible», aunque intentará pasar parte de las vacaciones alejada de los focos. «Pero el verano pasado viajamos a un destino muy alejado y nos cazó un paparazzi, así que parece imposible que no nos pillen», se resigna. Optarán por un viaje y por unos días saludables, que aún no están totalmente planificados. También asegura que no tiene intención de quedarse largas temporadas en Nueva York. «Nos encanta esa ciudad, pero no hemos comprado ningún apartamento. Viajaremos allí cuando podamos, aunque sin objetivo de quedarnos», aclara.

Sincera y sin querer recordar tensiones pasadas, cuando le pregunto por la relación actual con los hijos de Vargas Llosa, reconoce que «con Álvaro y Morgana todo está muy bien». Está claro que el tiempo va limando asperezas y que, en su entorno, el que parece que se casará el primero es su segundo exmarido, Carlos Falcó, con su pareja de hecho, Esther Doña. «No me extrañaría», comenta antes de posar junto al resto de invitados de Porcelanosa, entre los que se encontraba Amaia Salamanca.

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