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Isabel Pantoja, en el Teatro Carlos III de Aranjuez - EFE

Isabel Pantoja en su regreso a los escenarios: «Pantoja solo hay una»

La tonadillera presentó su nuevo disco, escrito por Juan Gabriel, en el Teatro Carlos III de Aranjuez

Aranjuez (Madrid) Actualizado: Guardar
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Si hace 32 años Isabel Pantoja reaparecía en el Teatro Lope de Vega de Madrid tras convertirse en la viuda de España y vivir la que sin duda fue su noche más especial con «Marinero de luces», ayer la cantante se despidió de dos años de silencio, con pena de cárcel incluida, en el Teatro Real Carlos III de Aranjuez. Daba a conocer su nuevo trabajo discográfico «Hasta que se apague el sol», ante algo menos de 300 asistentes entre familiares, amigos y medios de comunicación.

Como suele ocurrir en todo lo que rodea al mundo de Isabel, en la puerta del teatro no faltó polémica ni fans. Unos hablaban de veto a ciertos programas y otros, defendían a la que consideran la reina indiscutible de la canción española.

En cuanto a Isabel, según explico su hija estaba «nerviosa por lo que supone volver a cantar» y de ahí, que llegara al teatro cerca de las cinco de la tarde con su madre y hermano. Encerrada en su camerino, su preocupación era saber si la garganta iba a responderle «por una bronquitis que acaba de pasar», como añadió Chabelita, bastante más sociable que su hermano Kiko que llegó con su mujer Irene Rosales y sin ganas de hablar con la prensa. Es más, cuando vio que su hermana estaba contando que no tenía crisis con su novio, que su hijo estaba con su padre, que se había puesto nerviosa porque su madre así lo estaba y demás detalles totalmente inocuos, la agarró del brazo para sacarla del corrillo en un gesto que nadie entendió. Tal vez por eso los hermanos se sentaron separados, Kiko junto al escenario, y su hermana en un palco con su prima.

Kiko Rivera e Irene Rosales
Kiko Rivera e Irene Rosales - EFE

El primero en salir al escenario fue el presidente de Universal, Narcis Rebollo, quien recordó la relación de Isabel con el autor del disco Juan Gabriel y anunció que el lunes se ponen a la venta las entradas para los tres conciertos que dará en Madrid, Barcelona y Sevilla.

Recuerdo a Juan Gabriel

Antes del concierto se proyectó un vídeo con una serie de preguntas que Juan Gabriel le había hecho a Isabel. La verdad es que eran bastante absurdas: «¿qué piensas del sol? ¿y de la Luna? ¿te gusta cantar con pinganillo?».

«El sol es necesario. Me encanta abrazar, pero es necesario que me abracen. Con la luna me parezco en que somos noctámbulas. A través de la luna he recibido besos, cariño y abrazos». «¿Cuántas Isabeles hay?», era otra de las preguntas. «Pantoja solo hay una», aclaraba Isabel. «¿Que haces para dormir?». «Hay días que no concilio el sueño por la adrenalina después de trabajar y hago casi de todo». Después del diálogo surrealista lo más sentido fue cuando Isabel hablo de Juan Gabriel. «Voy a seguir luchando y esto va por ti porque ni he tenido la oportunidad de decírtelo en persona. Con todo mi amor, para ti, Juan Gabriel. Hasta que se apague el sol».

Pantoja, sobre el escenario
Pantoja, sobre el escenario - EFE

Pero la presencia de Isabel en el escenario fue el minuto de oro del día si hubiera parrilla. Salió de blanco, con el vestido de encaje y volantes que luce en la portada y después de varios suspiros y hasta jadeos Isabel pudo mirar al patio de butacas y arrancarse a cantar. «Sigo estando aquí», «Se me olvidó», fue solo el arranque.

Tras el telón la orquesta y a medida que pasaban los minutos, una Isabel más segura, más directa y más decidida a disfrutar el momento. Ya en «Por detrás de la cruz» hasta dio unos pases de flamenco en un guiño que a sus fans casi les da algo. «Preciosa», «guapa», «¡viva la madre que ...» «hasta los suspiros los tienes bonitos»... le gritaban. Mientras, Kiko y Chabelita sin separarse del móvil iban grabando todo. Canciones de amor, de desamor, de rabia, de entrega y de la muerte como única vía de separación.

Isabel se santiguó varias veces y también bebió en distintos motivos en un vaso de plata que recordaba al de los toreros. En ella nada es improvisado. En cuanto al disco, se nota que Juan Gabriel la conocía bien y de ahí que apenas se saliera del guión. Aunque se esforzó lo que pudo, se notó la huella de la bronquitis en algunos momentos y los nervios de una vuelta que, como todo lo que hace, llega con polémica. «Abrázame amor que el tiempo pasa, abrázame muy fuerte que el tiempo en contra viene. Abrázame amor que dios perdona pero el tiempo a ninguno. Abrázame que el tiempo es muy cruel amigo, ¡abrácenme! muy fuerte», gritó Isabel saltándose por un momento la letra.

Si en «Marinero de luces» el momentazo se lo llevo cuando sacó al escenario a Paquirrin, anoche Isabel con quien se entregó fue con su madre. «No me dejes nunca, pero nunca nunca. Te lo pido por favor», le cantó ante el delirio de sus fans. Y más canciones a una madre que no paró de sonreír al lado de su nieto Kiko y bien lejos de Chabelita que ya se sabe que en casa las cosas siguen como estaban. Un par de temas más y un final medio flamenco al grito de «Isabel Isabel» fue el final de una noche que solo es el principio de la nueva Pantoja.

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