Imanol Arias e Irene Meritxell
Imanol Arias e Irene Meritxell - EFE

Imanol Arias e Irene Meritxell saborean su reconciliación

Unos meses de distancia han sido más que suficientes para se dieran cuenta que su historia de amor merecía una segunda oportunidad

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Unos meses de distancia han sido más que suficientes para que Imanol Arias e Irene Meritxell se dieran cuenta que su historia de amor merecía una segunda oportunidad. Por eso, tras estar hasta geográficamente distanciados puesto que ella ha pasado más de la mitad del año en Miami por motivos profesionales, hoy vuelven a disfrutar de su unión saboreando hasta el último minuto de una reconciliación que ha puesto fin a su ruptura.

Sin querer alardear de su nueva situación pero sin tampoco ocultarse de nada, días atrás acudieron juntos y felices al estreno de «Despido procedente», la película que dirige Lucas Figueroa y protagoniza el propio Arias con Dario Grandinett y Hugo Silva y donde Irene firma la fotografía y el cartel de este filme.

No es la primera vez que la pareja comparte trabajo, ya lo hicieron en el rodaje de la película sobre la vida de Vicente Ferrer y de ahí que juntos vivieran una experiencia única en la India, un escenario más que idóneo para que Irene diera rienda suelta a su creatividad con la cámara de fotos. Esas fotografías sirvieron para realizar una serie de exposiciones dentro y fuera de España con un fin solidario que ocuparon muchas páginas de actualidad.

Para Irene es muy extraño que en algunos medios les adjudiquen varias crisis sentimentales cuando lo cierto es «que solo ha habido una ruptura». En cuanto a su futuro, ni ella sabe dónde estará, eso dependerá «de dónde se encuentre el trabajo». En estos momentos tiene varios proyectos en marcha de fotografía y videos así como su próxima colección de baño, que la retuvo en Miami la temporada pasada. Discretos en su vida privada, lo que está claro es que este verano será muy especial para Imanol e Irene y servirá para demostrar que las segundas partes sí pueden ser buenas.

Ver los comentarios