Julie Gayet y François Hollande
Julie Gayet y François Hollande - AFP
GENTE

Hollande entra en campaña con una hagiografía de Julie Gayet

«Mademoiselle» es una biografía supervisada sobre la actual novia del presidente de Francia

París Actualizado: Guardar
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«¿Se casan?» «¿Duerme ella en el Elíseo?» «¿Con cuanta frecuencia se encuentran a solas?» «¿Hay ministros que se resisten a satisfacer sus caprichos?» «¿Cómo lleva las relaciones de su novio con la madre de sus hijos y con su segunda ex»?

Comunicador voluntarioso, François Hollande, presidente de la República francesa, sabe poner ese goteo interminable de la prensa «rosa ketchup» al servicio de sus intereses políticos y estrictamente personales. El mismo día en que el jefe del Estado pronunciaba el primer discurso de su inconfesable campaña política presidencial, con la esperanza de ser reelegido dentro de un año, se lanzaba a bombo y platillo un libro sobre su última novia, la actriz Julie Gayet. «Mademoiselle» («Señorita»), obra escrita por la periodista de «Paris Match» Pauline Delassus, es un rosario de «confesiones» y «revelaciones» muy oportunas para sus protagonistas.

En un ataque de sinceridad palaciega, un ministro le dice a la autora de «Mademoiselle»: «Julie es encantadora, natural, una chica genial, mucho más tierna que las anteriores compañeras de Hollande…». Ségolène Royal, madre de los cuatro hijos de Hollande y «compañera» del presidente durante más de veinte años, apreciará el detalle. Valérie Trierweiler, el segundo gran amordel actual inquilino del Elíseo, también será sensible a la retórica del lenguaje palaciego.

El estilo adecuado

Hollande, por su parte, deja decir a sus colaboradores. Se sabe que sus consejeros controlan con mano de hierro los calendarios de las filtraciones, las fotos y las publicaciones. Además, la propia Gayet vigiló de cerca la redacción de «Mademoiselle», un libro que la consagra en un tono apologético, recogiendo confidencias de la más selecta guardia pretoriana del presidente y atreviéndose ella misma a lanzar revelaciones de temible osadía: «Julie ha comenzado a defender causas de una primera dama. Con un estilo adecuado. Vistiendo de negro y azul marino, sobre todo. Rojo, en ocasiones y para las grandes veladas. Nada de escotes llamativos. Una elegancia sin edad, propia de los creadores franceses. Jamás lujo escandaloso. Nada de tatuajes ni ordinarieces de ese tipo. Julie ha comenzado a vestir su nuevo uniforme, preparándose para su nuevo papel en el Elíseo…», queda escrito en la hagiográfica semblanza.

La actriz, vestida de azul presidencia, hace unos días en París
La actriz, vestida de azul presidencia, hace unos días en París - CORDON

Ese «nuevo papel» como futura primera dama ha sido promocionado con una portada y ocho páginas de glamurosos colorines en «Paris Match». Hollande conoce a la perfección los mecanismos de la política-espectáculo. De hecho, la pareja Hollande-Ségolène ya se presentó de la misma manera y en le mismo medio, acompañados de sus cuatro hijos. El dúo Hollande-Trierweiler entró en el Elíseo con la misma fanfarria publicitaria. Ahora, Julie Gayet recibe idéntico tratamiento informativo precisamente el mismo día en que Hollande hace un discurso de izquierdas, que es la piedra fundacional de su nueva campaña electoral…

¿Qué pinta una actriz como Gayet en esa historia? Ningún presidente de la V República ha hecho campaña electoral en condición de soltero. Charles de Gaulle estuvo acompañada de su esposa, Yvonne. Las mujeres de Georges Pompidou y de Valéry Giscard d’Estaing –Claude y Anne-Aymone, respectivamente– formaban parte de las campañas de sus maridos y futuros presidentes. Danielle Mitterrand trabajaba para su esposo, al igual que Bernadette Chirac. Nicolás Sarkozy llegó al Elíseo acompañado de Cécilia Attias, para casarse en terceras nupcias con Carla Bruni. Cuando Hollande se instaló en el Elíseo lo hizo acompañado de Valérie Trierweiler, a la que luego expulsó. A Julie Gayet le encantaría formar parte de tan ilustre historia. Lo tiene un poco crudo. Su novio/amante tiene un 80 % de opiniones negativas en los sondeos.

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