La hijastra de Felipe González vende bolsos de cocodrilo de 12.000 euros

El pasado mes de agosto, en plena canícula estival, mientras media España se derretía, Felipe González se abrochaba hasta el último botón de un mullido abrigo de plumas negro. El expresidente del Gobierno y su esposa, Mar García-Vaquero, tomaron un avión rumbo a Argentina para disfrutar del frío austral, invitados por Hugo Sigman y su esposa, un acaudalado matrimonio del país sudamericano. Las dos parejas guardan una excelente relación desde hace años y por ello no resulta casual que Lucía González, hijastra de Felipe González, fruto del primer matrimonio de su actual esposa con un médico, trabaje en una de las empresas fundadas por los Sigman. Al final, todo queda entre amigos.

Lucía, de 32 años, ejerce como responsable de ventas y marketing en Solantu, una firma de productos de lujo sostenible que combina la madera y el cuero para crear todo tipo de artículos; desde marroquinería a objetos de decoración.

El proyecto nació después de que el matrimonio argentino adquiriera una extensión de tierras con bosques vírgenes en la provincia de Chubut, en la región cordillerana de la Patagonia argentina. Maravillados con el entorno, comenzaron limpiando el bosque en función del ciclo de vida natural de los árboles, utilizando la madera resultante para realizar piezas únicas como cuencos o floreros. Posteriormente, comenzaron a fabricar bolsos con la piel del caimán sudamericano, una especie en peligro de extinción que han criado en cautividad durante diez años con la idea de preservar su existencia. El precio de los productos no es apto para todos los bolsillos. Los bolsos rondan los 12.000 euros y un set de madera para preparar sushi alcanza los 450.

Un negocio muy exclusivo donde Lucía se desenvuelve a las mil maravillas. La joven, licenciada en marketing por ESIC, habla varios idiomas y es una enamorada del mundo de la moda, afición que comparte con su madre. Después de colaborar con la peletera Nelsy Chelala, íntima amiga de Mar, en su tienda de Madrid y trabajar en la empresa Awen tres años, en noviembre de 2013 fue fichada por los Sigman. «Es una trabajadora insaciable, siempre con una sonrisa, muy autoexigente y que siempre quiere dar lo mejor de sí misma», apunta una persona que trabaja con ella.

Tanto Lucía como su hermana Micaela, de 27 años, rehúyen de los focos y desde que García-Vaquero le diera el «sí, quiero» a González en 2012 han permanecido en un discreto segundo plano. Las dos hermanas son inseparables y viven entre el lujoso piso donde su madre reside con González en la calle Velázquez y el de su padre, un prestigioso médico, en el barrio de Salamanca. Ninguna de las dos tiene pareja, aunque candidatos no les faltan. Son habituales de los locales de moda de Madrid, como el Teatro Barceló y, según sus intereses en Facebook, les encanta pasar interminables horas viendo series de televisión como «Revenge» o «Gossip Girl» y, sobre todo, viajar. ¿Será Argentina su próximo destino? Qué mejor que los jefes de Lucía para descubrirles ese maravilloso destino.