Fernando Habsburgo: «En el deporte no importa cómo te apellides»

El hijo del Archiduque Carlos de Habsburgo-Lorena y Francesca Thyssen-Bornemisza sueña con competir en los circuitos de Fórmula 1

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Sus compañeros y rivales se refieren a él como «el apuesto príncipe», pero Fernando Habsburgo (Salzburgo, 1997) prefiere que en el paddock sean sus logros y pericia al volante los que hablen por sí solos. El único hijo varón del Archiduque Carlos de Habsburgo-Lorena, jefe de la Casa de Austria, y de la coleccionista de arte Francesca Thyssen-Bornemisza descubrió el karting a los 8 años y tres más tarde se subía a un monoplaza para competir. Este joven de ideas claras y objetivos firmes no titubea cuando le preguntan sobre cómo han influido sus raíces aristocráticas en su incipiente carrera automovilística. «En el deporte no importa cómo te apellides, sino tu personalidad, talento y resultados. Ni me beneficia ni tampoco me siento con más presión. Mi única obsesión es batir al conductor más rápido», declara a ABC «Double Eagle 62», su nombre como piloto.

Aunque la mayor parte de su vida transcurre en Londres, viaja con frecuencia a España tanto para competir como para visitar a algunos de sus familiares. Hace unas semanas se proclamaba vencedor en las últimas dos carreras del campeonato Euro Fórmula Open disputado en Barcelona. «Siempre reconforta ganar, pero en España me hace especial ilusión».

El año que viene el bisnieto de Carlos I, último Emperador de Austria, planea dar el salto a la European Formula 3 o la GP3. No concibe su día a día sin pensar en qué le deparará el mañana. Su meta es competir en la Fórmula 1 y emular los logros del finlandés Valtteri Bottas o su gran admirado Kimi Raikkonen.

En mayo de 2015, el joven piloto terminó el bachillerato en el Danube International School de Viena. Siempre ha sido un alumno disciplinado, pero confiesa que ahora se siente más libre para dedicar todo el tiempo a lo que realmente le llena. «Procuro mantener una rutina, levantarme siempre a la misma hora, tomar un buen desayuno y enseguida comenzar con los entrenamientos. Luego aprovecho para contestar correos y asistir a alguna reunión y la última parte del día la dedico a mis amigos o ver alguna película».

Su trayectoria no ha estado exenta de baches y conoce de primera mano los riesgos a los que se expone en cada curva. Hace un año sufrió un brutal accidente en la primera carrera de la Fórmula Renault 2.0 en Silverstone. Su monoplaza chocó con las ruedas traseras de otro vehículo y salió despedido, elevándose a más de tres metros de altura e impactando después violentamente contra el asfalto. Salió ileso, pero recuerda que lo que más le pesó fue el disgusto de su familia. Siempre le han animado a luchar por su sueño. «Mi padre, mis hermanas, todos me apoyan, pero, sin duda, la que más disfruta es mi madre». Cuando apaga el motor y termina una carrera se evade con otra de sus grandes pasiones, la música. «Estoy volcado con algunos instrumentos y además hago trabajos de producción musical».

A pesar de ser un chico tímido y reservado, no niega que su trabajo como piloto le ayude a ligar. «La verdad es que las chicas siempre se fijan un poco más». De momento, él tiene clara cuál es su meta y no admite distracciones.

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