Doña Pilar: «Mi hermano está haciendo lo que no pudo hacer en toda su vida»

No todos los días se puede degustar un lomo de cerdo horneado por una Infanta de España. Quienes visiten este año el tradicional Rastrillo a beneficio de la ONG Nuevo Futuro podrán hacerlo y, de paso, comprobar el buen hacer de Doña Pilar en los fogones. «Es que tengo un horno grande en casa, así que voy a preparar yo misma ocho lomos para que lleguen calentitos al bar Puerta del Sol», revela la Duquesa de Badajoz con ese cautivador desparpajo borbónico que algunos llaman «campechanía». La hermana del Rey Juan Carlos lleva 46 años poniendo la cara y el hombro por este mercadillo navideño que, del 20 al 29 de noviembre, reunirá a aristócratas, damas de la sociedad, toreros y famosos.

Siguiendo el ejemplo de su anfitriona, todos ellos se arremangarán y se pondrán manos a la obra para vender regalos, fregar platos o sortear premios con un único fin: recaudar el dinero necesario para que 717 menores en riesgo de exclusión tengan el hogar y la educación que se merecen.

A sus 79 años, Doña Pilar sigue siendo la alma máter del Rastrillo, aunque ella misma admite que está mayor y que la fórmula puede estar «un poco desgastada». «Dicen que es una idea vieja y rancia y estoy totalmente de acuerdo. Pero hasta que alguien me dé una mejor seguiremos con este mercadillo, que es la principal fuente de financiación de Nuevo Futuro», dice. Quizá sus plegarias hayan sido atendidas porque en esta edición cuenta con el respaldo de sangre nueva. Su hija, Simoneta Gómez-Acebo, acaba de sumarse a la junta directiva de la ONG y desde ahora acompañará a la Infanta en este proyecto que sustenta 116 hogares y centros de acogida en España, Portugal, Colombia, Santo Tomé, Perú y Senegal por el que ya han pasado 8.000 niños.

«Crecí vendiendo chocolates en el Rastrillo», recuerda Simoneta. Y el Rastrillo ha crecido con ella. Este año habrá 1.200 voluntarios trabajando en los 80 puestos dedicados a la restauración, las antigüedades, la decoración, la moda o la cultura. Se espera que unas 30.000 personas acudan al Pabellón de Cristal del Recinto Ferial Casa de Campo. La visitante más ilustre que ya está confirmada es la Reina emérita Doña Sofía, que el último fin de semana del rastro recibirá un premio honorífico por su labor solidaria con Nuevo Futuro.

-Menudo fichaje se ha marcado trayendo a su hija Simoneta...

-Yo no. Fíjate, lo han hecho a mis espaldas (risas). Le han pedido que se sume a la dirección y de repente me la he encontrado ahí. ¡Y qué ilusión!

-Es una digna sucesora suya.

-Espero que sí porque yo ya voy teniendo añitos y no sé cuánto duraré. Mientras dure...

-¿Cuesta implicar a la gente joven?

-Las chicas jóvenes trabajan y tienen que sacar adelante a sus familias, de otro modo no llegan a fin de mes. Pero todas se cogen unos días para ayudarnos durante los días del Rastrillo.

-¿Le preocupa que la juventud no tenga tiempo para ser solidaria?

-Me preocupa, porque los de mi generación ya estamos muy mayores.

-¿Se nota el repunte económico?

-Se ha notado el año pasado y este año un poco más. Además, este año hemos recibido varios donativos muy importantes.

-¿Los españoles siguen siendo solidarios?

-Tremendamente generosos. Yo me paso el año pidiendo. Este año, por ejemplo, ha faltado vino y llamé a tres amigos que han sido generosísimos. Nos faltaba vino para el bar del rastrillo, que da unos 200 almuerzos diarios, no para que yo me lo bebiera (risas).

-Confirmada la asistencia de Doña Sofía. ¿Y la de Doña Letizia?

-Aún no ha contestado.

-¿Veremos a Manuela Carmena en el acto inaugural del viernes?

-Esperemos que sí. Si puede vendrá y si no puede, pues no (los organizadores señalan a ABC que la alcaldesa no asistirá). Pero nos ha dado todas las facilidades para el Rastrillo. Nos ha dejado el Pabellón de Cristal gratis, además de la seguridad y el parking. Eso es importantísimo porque viene mucha gente a trabajar y que el parking sea gratuito es media vida para nosotros.

-En unos días se cumplen 40 años de la Proclamación de su hermano, el Rey Don Juan Carlos. ¿Lo recuerda?

-Chico, soy vieja pero no tonta. Tú eres el que no te acuerdas, porque ni habías nacido (risas). Fue muy emocionante. A Los Jerónimos llevé a mis dos hijos mayores y me acompañó mi suegra que hacía de apoyo y les sujetaba de la mano porque de pequeños eran terribles. Ahora son santos varones.

-Don Juan Carlos ha vuelto a navegar. ¿Está viviendo una segunda juventud?

-Me ha dicho: «Pilar, ahora estoy haciendo lo que no pude hacer en toda mi vida». Desde los 10 años está cumpliendo con lo que le dicen y con lo que le toca y solo pensando en España. Mi padre nos educó así, con el lema: «Si no piensas primero en España, no sirves para nada». Nuestro país va primero. Ahora disfruta un poco de su tiempo libre.

-¿Pasarán las Navidades juntos?

-Hace unos años nos hemos dividido porque yo aporto el ochenta por ciento del personal. El 24, en Nochebuena, lo celebro en casa y el 25 almuerzo en casa de mi hermano. Y mis hijos se van a casa de sus familias políticas.

-Ahora que su hermano es Rey Emérito, ¿se ven más?

-Nos hablamos más por teléfono.

-¿Han podido charlar sobre el desafío soberanista en Cataluña?

-No me gusta y no me gusta hablar de lo que no me gusta.