HalloweenCirugía estética de terror: máscaras para todo el año

Renée Zellweger

El 31 de octubre se celebra la noche de Halloween. Un baile de máscaras de terror. Un disfraz para una noche que desaparece al amanecer. Aunque hay algunos famosos que se levantarán el día de Todos los Santos sin poder guardar en el cajón una careta que no está sujeta por una goma elástica sino cosida con un bisturí. Algunos enmendaron sus errores con más cirugía, pero otros solo han conseguido seguir ahondando sus heridas.

Renée Zellweger sorprendió hace exáctamente un año con una aparición desconcertante. El rostro de la protagonista de «El diario de Bridget Jones» había cambiado por completo. Según indicaron los expertos en belleza, la actriz había achicado sus mejillas y retocado su nariz, se estiró los párpados y se inyectó bótox. Ella, tras el revuelo, se limitó a señalar que el cambio era por su buen momento personal.

Nicole Kidman

Nicole Kidman se sintió tan arrepentida de sus excesos con la la cirugía estética y bótox que optó por renunciar a ellas para, como le gusta decir, «volver a mover la cara». El reflejo del bisturí permanece, aunque no ha seguido ahondando en las cicatrices. Ya no se percibe tampoco la plastificación de las inyecciones de la toxina botulínica. Y el resto de su cuerpo, según recalca, es «completamente natural».

Mickey Rourke

Los excesos de Mickey Rourke castigaron la imagen del que fuera uno de los galanes de Hollywood en los años ochenta. La solución del quirófano no fue capaz de recuperar aquel bello rostro, golpeado un< y otra vez en combates de boxeo que le dejaron la nariz y el pómulo fracturados. El protagonista de «El luchador» llegó a reconocer que acudió al cirujano equivocado.

Meg Ryan

Meg Ryan, la cara angelical de los años noventa, la belleza llena de frescura, es ahora la viva imagen del bótox y los retoques retocados. Desde que entró al quirófano por primera vez en 2002, han sido frecuentes sus visitas en una relación inversa entre el número de operaciones y el de películas protagonizadas. La deriva errática de su imagen se refleja en un rostro que es ya un mapa plastificado que no llega a ninguna parte.

Camilo Sesto

El peinado de Camilo Sesto no ha cambiado desde que subió a los escenarios, tan tupido y voluminoso como siempre, imperturbable ante las modas, tan juvenil si siguiéramos en los años 60. Su rostro, sin embargo, ha seguido otro camino; aunque, según el cantante, jamás se ha sometido a cirugía estética. La sorpresa general ante su cambio de imagen se debe, según él, a que sus esporádicas apariciones impiden reconocer el natural paso del tiempo.

Belén Esteban

La exposición permanente de Belén Esteban en los medios de comunicación hace imposible ocultar sus habituales operaciones de cirugía estética. Incluso ha sido fotografiada con las vendas del postoperatorio. Cada reaparición es resuelta con los titulares de «El nuevo rostro de Belén» como una curiosidad circense vendida en exclusiva.

Melanie Griffith

Más de una década sin aparecer en la gran pantalla no significa que la actriz haya dejado de estar debajo de los focos, aunque sea de los fotógrafos del corazón. Así, se han podido comprobar los sucesivos cambios en su imagen, los retoques en pómulo, nariz y labios, el borrado milagroso de arrugas y la consecuente desaparición de la expresividad.

Mary Kate Olsen

Las gemelas Olsen dejaron de ser idénticas el día que Mary Kate decidió pasar por el quirófano más a menudo que su hermana. Antes solía acompasar sus cambios con su hermana Ashley, que también ha caído en la tentación del bisturí para marcar los pómulos y afilar la barbilla. Pero Mary Kate decidió ir más allá hasta borrar las líneas de expresión de su cara. El rostro de la «celebrity» dedicada a la moda poco tiene que ver con el de la niña que se hizo famosa en la serie «Padres forzosos».