El Chapo poco después de su última detención
El Chapo poco después de su última detención - EFE
GENTE

El Chapo Guzmán ha engordado en prisión, ha leído El Quijote y teme que le envenenen

La familia y los abogados del narcotraficante denuncian el deterioro de su salud en la cárcel. No puede conciliar el sueño y se dedica a traducir un libro de auto-ayuda

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Pocos días después de que la actriz Kate del Castillo confesara en una entrevista a la cadena de televisión ABC su encuentro con Joaquín «El Chapo» Guzmán, el diario «New York Post» ha desvelado los nuevos hábitos del narcotraficante mexicano más buscado de los últimos tiempos, apresado tras una rocambolesca historia en la que el actor Sean Penn estuvo implicado.

Kate ha contado que, cuando tuvo a El Chapo de frente, no sabía cómo reaccionar. «Me besó en la mejilla y me abrazó. Sus ojos penetran como una daga. Da miedo porque es muy fuerte», explicó, al tiempo que dijo estar convencida de que el narcotraficante «probablemente» estaba enamorado del personaje que ella interpreta en la telenovela «La Reina del Sur»

, lo que explicaría su interés en conocerla. «No creo que fuese necesariamente yo, Kate del Castillo. Probablemente estaba enamorado de Teresa Mendoza (su personaje en la serie). Habría que preguntarle. Creo que es un admirador», especuló.

Si la polémica actriz volviera a encontrarse con Joaquín «El Chapo» Guzmán tal vez se encontraría con un individuo bastante más vulnerable de aquel que tanto la intimidó con su mirada de acero. Tal y como publica «NYP», el narcotraficante, recluido de nuevo en una prisión de máxima seguridad en México (Centro Federal de Readaptación Social 1, del penal de alta seguridad del Altiplano mexicano) está engordando, vive obsesionado con que no le envenenen la comida y ya no puede tener encuentros íntimos con su esposa, la guapísima Emma Coronel Aispuro.

Guzmán, quien en julio del pasado año escapó del penal en el que se encontraba tras hacer un túnel, ahora tiene dos guardias a las puertas de su celda mirándolo cada minuto del día. Además, dentro de la celda hay una cámara de seguridad que ofrece imágenes las 24 horas del habitáculo al completo, sin puntos ciegos. Junto a él hay un perro cuyo único trabajo es el de probar su comida antes de probarla, para asegurarse de que no está envenenada. Ya no tiene televisión (probablemente, se obsesionó con Kate del Castillo tras seguir la telenovela en su anterior estancia en prisión) y puede leer todo lo que quiera.

Kate del Castillo en una imagen de 2014
Kate del Castillo en una imagen de 2014 - ABC

Desde que fue capturado en el mes de enero, El Chapo Guzmán ha leído «Don Quijote de La Mancha» y ha comenzado a traducir al español el libro de auto-ayuda «The Purpose Driven Life: What on Earth Am I Here for?» («Una vida con propósito: ¿Qué diablos hago aquí?»), de Rick Warren, un pastor evangélico asentado en California. Según el rotativo neoyorquino, de la obra se extraen frases tan significativas como «una vida vistosa y pretenciosa es una vida vacía, una vida pura y simple es una vida plena» o «somos producto de nuestro pasado, pero no tenemos por qué ser prisioneros del mismo».

Las fuentes que cita «NYP», sobre la vida en prisión del narcotraficante, provienen de un funcionario federal que quiere permanecer en el anonimato. El funcionario y un colega concedieron la entrevista exclusiva a Associated Press tras una serie de quejas de los abogados y los familiares de El Chapo sobre el deterioro de su salud y la imposibilidad de éste de conciliar el sueño.

En su anterior estancia en prisión El Chapo Guzmán tenía la visita regular de su esposa, con cuatro horas cada nueve días. Para esos encuentros íntimos se le suministraba viagra. Desde su captura, no ha recibido ni una sola pastilla de viagra ni tampoco a tenido ningún vis a vis con su señora. Probablemente, si ahora se encontrara con Kate del Castillo, ésta ya no sentiría que «estaba muriéndome por dentro» con su mirada.

Ver los comentarios