Carmen Lomana y Ella Fontanals-Cisneros comparten vecindario en la calle Fortuny de Madrid
Carmen Lomana y Ella Fontanals-Cisneros comparten vecindario en la calle Fortuny de Madrid - ABC

Carmen Lomana vs Ella Fontanals-Cisneros, guerra de vecinas VIP

La mediática socialité regresó esta semana a su hogar, aún con el recuerdo de sus Chaneles «nadando», después de que unas reformas en casa de la coleccionista venezolana inundasen el edificio

MADRID Actualizado: Guardar
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Nadie dijo que la convivencia en una comunidad de vecinos fuese fácil. No importa lo abultadas que sean sus carteras, ni sus buenos modales al cruzarse en el ascensor. Basta con que a un propietario se le antoje tirar un tabique para perturbar la armonía vecinal. Y eso es lo que ocurrió precisamente en una lujosa finca de la noble calle Fortuny de Madrid –a medio camino entre la Plaza de Rubén Darío y la zona de Castellana–, el pasado mes de junio. La llegada de una nueva huésped al edificio acabó convirtiéndose en una quebradero de cabeza para sus compañeros de escalera, entre ellos las mediática socialite Carmen Lomana.

La presencia de unos trabajadores de la constructora Alto Standing en las inmediaciones del inmueble desató la voz de alarma.

La vivienda del tercer piso acababa de ser vendida a Ella Fontanals-Cisneros, una de las principales coleccionistas de arte contemporáneo del mundo, y exesposa del empresario Oswaldo Cisneros, dueño de la Pepsi venezolana. Antes de entrar a vivir se propuso reformar toda la vivienda. Al parecer quería dotar la casa de un ambiente minimalista. Lo que nadie esperaba es que las obras acabasen convirtiéndose en la gran pesadilla del resto de propietarios. «Tuvimos un problema en el cuarto de baño. Habíamos estado remodelándolo y por la noche reventó un cañería», confesó a ABC esta semana uno de los trabajadores de las obras, que se prolongarán hasta el mes de noviembre.

Alta costura bajo el agua

La gran damnificada de este inesperado percance fue Lomana, propietaria del piso de abajo, que en el momento del desastre se encontraba en Ibiza. «Me llamó la chica de servicio llorando y me dijo que la casa estaba inundada. Que se había roto una cañería del piso de arriba, que los Chaneles y los bolsos de Gucci estaban nadando; también la ropa». Según relató Carmen a algunos periodistas, el agua corría a chorros por los armarios, arruinando no sólo su colección de lujosos complementos sino también sus vestidos. «¡Un horror! Y yo sin poder hacer nada. Lo primero que dije fue que cortaran el agua y la electricidad... no fuera a producirse un cortocircuito», agregó como si se tratara del guión de una de esas series de televisión que reflejan las desavenencias de un extravagante vecindario.

Durante los dos últimos meses, Lomana se vio obligada a pernoctar en el cercano hotel Santo Mauro. Esta semana por fin pudo regresar a su fabulosa casa aún con el disgusto en el cuerpo, la imagen de los chaneles «nadando» en su mente y un fuerte olor a obra nueva en la escalera. La empresaria ha vivido durante las últimas décadas en esta casa de casi 500 metros cuadrados repartidos en cuatro dormitorios, cuatro baños y un imponente salón de 100 m2 repleto de antigüedades y libros.

Edificio en la calle Fortuny
Edificio en la calle Fortuny - MAYA BALANYA

Al parecer, lo que más ha incomodado a esta comunidad de vecinos VIP de Chamberí no han sido los desperfectos en sí, sino más bien el hecho de que Ella Cisneros no se haya disculpado personalmente por los desperfectos causados.

ABC ha intentado en varias ocasiones ponerse en contacto con Ella, que actualmente se encuentra en Cuba. Ante la pregunta de si realmente estaba al tanto de los daños colaterales que habían ocasionado sus reformas, se limita a expresar que únicamente hizo unos «cambios en la decoración de su casa» y prefiere no entrar en más detalles sobre el alcance de las obras.

Ella es cubana de nacimiento, venezolana de adopción y española por pasaporte. Preside la Fundación Cisneros Fontanals (CIFO), con sede en Miami y creada en 2002, que, además de la conservación de la colección, tiene un programa de ayuda económica a los artistas. Se trata de un programa de becas por un valor de 100.000 dólares anuales para artistas emergentes y de media carrera con el fin de producir obra nueva y ofrecerles una plataforma para mostrar sus trabajos. Aparte de tener la nacionalidad española y casa en Madrid, mantiene una estrecha relación con las instituciones culturales de este país. Treinta obras de su colección están depositadas en comodato en el Reina Sofía.

Ella viaja constantemente tanto por motivos profesionales como por place, pero todo indica que podría pasar largas temporadas en Madrid a finales de año cuando concluyan los trabajos de reforma de su casa. A más de uno le gustaría presenciar ese primer cruce de miradas entre Ella y Carmen en el descansillo. ¿Lograrán firmar el armisticio vecinal?  

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