«Athleisure» y recortables en la pasarela

Una impresionante Naomi Campbell desfiló para Versace, que apostó por una mezcla entre ropa cómoda parael tiempo libre y prendas deportivas

MADRID Actualizado: Guardar
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La Semana de la Moda de Milán transcurre de mayor a menor, de más importante a menos, sin prisa pero sin pausa, siempre con casas de moda importantes que marcan tendencia a nivel mundial. Pasados Gucci y Prada, los más esperados de cada año, ahora les ha tocado el turno a Versace, Etro, Armani, Giambattista Valli y Moschino. Los contendientes se han paseado por las pasarelas de la ciudad con distinto resultado.

Armani dio una sinfonía en tono azul petróleo, algo triste, con series de vestidos en gasa y volantes, y un corte poco habitual en él. Los tops, con alguna que otra chaqueta estricta de cuello Mao –de las de siempre– se combinaban con partes de abajo más historiadas, en ocasiones con un efecto de persiana veneciana y de flecos, a distinta altura.

Aunque el gran maestro es consciente de que debe seguir su línea para que sus fieles lo identifiquen, esta temporada de primavera- verano 2017 en Armani se presenta triste y poco apetecible.

Los Etro le dieron otra vuelta de tuerca a su tema zíngaro, con terciopelos combinados con tejidos rústicos, impresos en tonos tierra y con dibujos de inspiración étnica, «comme d’habitude». Quizás la serie inicial de modelos en blanco roto con grafismos negros fue lo menos acertado y atractivo. Giambattista Valli, en su colección de prêt-à-porter, que él ha llamado Giamba para diferenciarla de la de alta costura, que lleva su nombre completo, presentó atuendos femeninos, de corte algo infantil, con vestidos babydoll en tejidos transparentes y colores suaves. Una propuesta femenina y relativamente discreta, para sus estándares.

La propuesta de Donatella se asemejaba a la de hace seis meses, aunque con más garbo. En Versace han dejado el sexy más extremo atrás, incluyendo grandes dosis de elementos deportivos, queriéndose acercar al tan actual athleisure, esa mezcla entre ropa cómoda para el tiempo libre y prendas deportivas de corte profesional. Botas y zapatos inspirados en el mundo del boxeo, sudaderas en materiales sofisticados pero colores muy deportivos –blanco, azul y rojo–, profusión de bandas blancas inspiradas en Adidas y sencillas faldas en tejidos técnicos, se acompañaban de sofisticadas versiones de las bolsas de deporte. Por supuesto, no faltaron vestidos de lentejuelas de una intensa simplicidad. Ni quiso perderse el desfile de su gran amiga, la modelo Naomi Campbell, que brilló impresionante entre maniquíes de 25 años menos. Donatella y sus secuaces nunca dejan indiferente.

Pero quizás una de las colecciones más comentadas, por su originalidad y su belleza, ha sido la presentada por la casa Moschino. Jeremy Scott, su director creativo, eligió el concepto de las muñecas de papel y los vestidos recortables de antaño, algo muy vintage, mirado desde la perspectiva del siglo XXI. Scott, que ha declarado que tenía esa idea in mente desde hace años, ha sabido escoger atuendos retro, de chica pin-up, a los que dotó con absoluto realismo, de accesorios, bikinis e incluso ombligos dibujados. Retomando los estilismos sexies de corte aniñado que ideaba el propio Franco Moschino, ha dotado a la colección «Valle de las muñecas» –que incluye piezas de venta inmediata– del humor y el atrevimiento del recordado fundador. Un éxito refrescante, bien recibido por el público y la prensa.

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