Una foto de archivo en la que aparece Francois Fillon, luciendo una chaqueta de Arnys, junto a Nicolas Sarkozy
Una foto de archivo en la que aparece Francois Fillon, luciendo una chaqueta de Arnys, junto a Nicolas Sarkozy - AFP

Arnys, la sastrería que viste a la elite francesa

La marca que hizo y cobró los controvertidos trajes de François Fillon ha sido la elegida por la mayoría de inquilinos del Palacio del Elíseo

Corresponsal en París Actualizado: Guardar
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En Francia, ser el sastre oficial de un presidente o aspirante a presidente de la República puede ser una publicidad excepcional. Y un riesgo comercial importante. François Fillon, candidato conservador a la jefatura del Estado, aceptó durante los dos últimos años 48.500 euros de regalos de un amigo, en trajes, camisas y ropa interior, hechos a medida por Arnys, la marca de una legendaria familia de sastres que decidieron vender su empresa al grupo Louis Vuiton Moët Hennessy (LVMH) para «integrarse» en las tiendas parisinas de Berluti, otra de las marcas propiedad del líder mundial de los artículos de lujo.

Si se tiene en cuenta que un traje Arnys, hecho a medida, con paños especiales, con tres sesiones de prueba, en el domicilio privado del cliente, cuesta entre 5.000 y 7.000 euros, la suma de 48.500 euros, en trajes, camisas y chaquetas deportivas, no da para mucho.

Suficiente para que esos regalos se hayan convertido en un escándalo mayúsculo, a cuarenta días de la primera vuelta de la próxima elección presidencial, el 23 de abril próximo.

Fillon reconoce los regalos. Y dice no comprender el escándalo, tratándose de regalos de un amigo. Para Arnys se trata de publicidad podrida. La canallesca parisina afirma que más de 30.000 de los 48.500 euros fueron pagados en dinero black, contraviniendo las normas fiscales más estrictas. En Francia está prohibido hacer pagos superiores a los 3.000 euros en dinero «negro». Arnys y Fillon desmienten la «negritud» total o parcial de los pagos. Pero el escándalo corre el riesgo de seguir su negro curso, con una publicidad del gusto menos exquisito para un sastre que vistió a Valery Giscard d’Estaing y François Mitterrand, entre celebridades de otra naturaleza, como Marcelo Martroiani o Andy Warhol. Otros presidentes de la V República, como Jacques Chirac y Nicolas Sarkozy, también se hicieron trajes a medida en Arnys.

Chirac traicionó a Arnys por Stark and Sons, una sastrería originalmente inglesa, que vistió al General de Gaulle, capaz de uncir a su proveedor con el título oficioso de «Sastre de la República». Mientras Arnys siempre hizo gala de su chic parisino, Stark and Sons ofrece a sus clientes un british touch apreciado por algunos elegantes parisinos, desde Marcel Proust y su Charles Swan.

Nicolas Sarkozy llegó a vestir algún traje de Arnys, pronto abandonado por el prêt-à-porter, hasta que Carla Bruni le impuso el semi-medida de Christian Dior, menos caro. François Hollande, por su parte, no ha conseguido salir del prêt-à-porter de medio pelo (trajes a poco más de mil euros). Salvo en ocasiones excepcionales. Con motivo de su última intervención audiovisual, Hollande se hizo un traje de encargo, a medida, en los talleres Smuggler, muy Francia profunda, en el Limousin, región célebre por sus vacas.

Arnys no tuvo culpa del escándalo de los diamantes de Giscard, ni de los incontables escándalos de la era Mitterrand. Por el contrario, corre el riesgo de pagar al precio fuerte la metralla de los 48.500 euros de trajes a medida pagados por un amigo de François Fillon.

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