Antonio Banderas practica el «turismo de salud» en Suiza

El actor se realizó un chequeo médico y una puesta a punto en una clínica ginebrina

GINEBRA Actualizado: Guardar
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El viaje que Antonio Banderas (56 años) realizó días atrás a Suiza, y que disparó las alarmas en diversos medios de comunicación centroeuropeos por considerar que respondía a un agravamiento de sus antiguos problemas coronarios, ha combinado los recorridos tradicionales por los espectaculares paisajes de montaña con una actividad que cada vez tiene más auge en este pequeño país: el turismo de salud.

El malagueño más internacional del momento había abandonado su refugio en la campiña inglesa (hace más de un año se instaló en el condado de Surrey) con objeto de practicar la escalada y disfrutar de paseos turísticos por Ginebra y Lausana junto a su novia, la holandesa Nicole Kimpel, tal y como él mismo reflejó en su cuenta de Instagram.

También, para visitar a los especialistas de la prestigiosa Clínica de Genolier (situada en el cantón de Vaud), donde se ha sometido a un chequeo general y a una puesta a punto de cara a la Semana Santa.

Tal y como confirmó su entorno a este periódico, su ingreso en este centro médico no se debió a la repetición de las dolencias del pasado mes de enero, sino a una «puesta a punto». «Antonio se encuentra mejor que nunca», aseguró una fuente. Allí pasó unos días de revisión médica, descanso y desconexión antes de emprender el viaje a Málaga, donde hoy, y en el marco de su festival de cine, recibe la Biznaga de Oro de Honor con la que se reconoce su trayectoria profesional a lo largo de más de 30 años de carrera. Su llegada a la capital andaluza, el pasado martes, estuvo rodeada de una gran expectación. Sin embargo, el intérprete y director decidió no dar más explicaciones que las que previamente se habían publicado a través de un comunicado de la familia Banderas, en el que se aseguraba que se encontraba en plena forma. Tras aterrizar en el aeropuerto de Málaga, Banderas fue trasladado en coche a su ático en el centro de la ciudad, donde ha permanecido encerrado a cal y canto durante los últimos días.

Alta gama

Genolier es una clínica privada y especializada en servicios de alta gama que, a menudo, es frecuentada por famosos de todo el mundo debido a su excelente reputación en medicina de vanguardia. Incluye tratamientos en oncología, cardiología o cirugía estética. Un mercado en plena expansión en el cual Suiza ocupa un lugar privilegiado.

Suites de lujo, servicios de interpretación y cuidados de alta calidad están incluidos en la oferta de este centro y de otros igualmente situadas en territorio helvético. Entre ellos se libra una verdadera batalla para atraer a pacientes multimillonarios, que a menudo pertenecen a la jet set internacional y que pueden gastar sin despeinarse decenas de miles de euros durante su estancia. De hecho, en este tipo de establecimientos los pacientes llegan a pagar entre 3.700 y 7.000 euros por noche, 11.000 euros por un «chequeo V.I.P» y hasta 75.000 euros por un tratamiento complejo contra el cáncer. Para no llamar la atención, hay incluso clínicas en la ciudad de Montreux (también en el cantón de Vaud) que no anuncian sus tarifas públicamente.

Suiza realiza verdaderas campañas de promoción de sus servicios médicos en los países donde residen sus potenciales clientes, todos ellos con un gran poder adquisitivo y que tienen el objetivo de mantenerse siempre en plena forma. El reto es importante para estas clínicas, ya que los precios pueden alcanzar la cifra de 270.500 euros por un tratamiento «detox». Además, el turismo de salud es una verdadera bendición para la economía suiza: se calcula que los visitantes que vienen a este país gastan un 20% en tratamientos, y un 80% restante lo destinan a hoteles, comidas en restaurantes y compras en tiendas de lujo.

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