Angela Akins junto a Sergio García
Angela Akins junto a Sergio García - AFP

Angela Akins «No entiendo otra vida que no sea junto a Sergio García»

La texana abandonó su labor de periodista para acompañar al golfista y ha sido la clave del éxito

Madrid Actualizado: Guardar
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El hombre del momento es Sergio García, no cabe duda. Su hazaña de ganar el Masters de Augusta, algo solo al alcance de unos pocos elegidos, ha trascendido el ámbito deportivo y lleva unos días luciendo su chaqueta verde por la capital del mundo. Desde los estudios de las cadenas de televisíon, a la apertura de la Bolsa de Nueva York o a una sesión fotográfica en el Empire State.

Aunque pueda sonar a tópico, en este caso detrás de un gran hombre hay una gran mujer. A lo largo de su fructífera carrera como golfista profesional (con 27 victorias por todo el planeta y 15 años entre los diez mejores del ránking mundial), a García le faltaba esa estabilidad personal tan imprescindible en un deporte mental como este. «Cuando estás bien fuera del campo y eres feliz con los tuyos, luego es más fácil rendir en la competición. Y Angela me ha ayudado a tener los pies en el suelo y a tomarme las cosas de otra manera.

Tiene un papel muy importante en este Masters», confesó García.

Angela Akins, texana de 31 años, entró en la vida del castellonense hace año y medio, cuando ella ejercía como reportera televisiva en los torneos del Circuito Americano. Fue un flechazo y, al poco tiempo, ya anunciaron su relación sin tapujos. Aparte de su dulzura y simpatía, el hecho de haber jugado al golf a un buen nivel universitario le hizo comprender de inmediato las necesidades de su novio. «Llevaba una vida muy complicada, con mucha tensión y muy presionado por los resultados y yo solo intenté darle un poco de normalidad », relata a ABC desde la Gran Manzana.

Con este planteamiento tan simple, ella también empezó a tomárselo como un proyecto de vida. «Le acompañaba siempre que podía para hacerle sentir bien y que notara que una vez que salíamos del campo, de entrenar o de competir, podíamos tener una vida como cualquier pareja normal. La cosa fue avanzando y en diciembre dimos el paso y anunciamos nuestro matrimonio». Su compromiso con el futuro profesional de Sergio es tal que decidió renunciar a su carrera periodística para poder acompañarle todas las semanas en sus viajes. «Dejé mi trabajo en la NBC el pasado 31 de diciembre, cuando venció mi contrato, y ni consideré renovarlo. Voy a todos los campeonatos y ni me planteo si me gusta o no este tipo de vida. Soy muy afortunada de estar con Sergio y no entiendo otra vida que no sea con él. Me encanta conocer fantásticos lugares y eso nos hace apreciar más la vida familiar cuando volvemos a casa».

Confianza en él

En menos de un año, el salto cualitativo en el palmarés del de Borriol ha sido evidente: dos triunfos (Byron Nelson y Dubái), un diploma olímpico en Río y ahora el primer «major» de su vida. «Obviamente, el domingo estaba nerviosa. Intentaba mantener mis nervios bajo control y también todas las emociones. Ya habíamos hablado Sergio y yo de eso durante la semana. No solo debía mantenerse él tranquilo, sino también todos los que le rodeamos. En ningún momento me asaltó la duda sobre si Sergio podría lograrlo. Confiaba en él».

El cambio en su modo de vida ha sido tan brutal que ha tenido que acostumbrarse a un papel secundario en el escenario. Ya no está delante de las cámaras, sino detrás, pero esto no le supone ningún apuro. «Obviamente estoy encantada y mi rol es ser su sostén y seguir siéndolo durante el resto de su vida. Me he sentido muy bien acogida por todo su equipo y familia. Soy como la chica del café, estoy para lo que haga falta. Soy su apoyo, una más, ellos llevan trabajando por el éxito muchísimo más tiempo que yo».

En julio se casarán en el rancho familiar de Texas, pero no está nada nerviosa. «Todo está bajo control porque tenemos una gran wedding planner y ella nos está ayudando con todo. Solo nos quedan tres meses y medio para la fecha y estamos muy emocionados».

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