Los Reyes de Rumanía Miguel y Ana posando en su casa de Ginebra con sus perros
Los Reyes de Rumanía Miguel y Ana posando en su casa de Ginebra con sus perros - ABC

Un año agridulce para la Familia Real de Rumanía

La gran popularidadde la que hoy gozala monarquía se ha visto empañada por la muerte de la Reina Ana

Madrid Actualizado: Guardar
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Durante cincuenta años, Miguel de Rumanía contempló el intrincado devenir de su pueblo desde su modesto refugio de Versoix (Suiza), después de que en diciembre de 1947 partiera hacia el exilio forzado a punta de pistola por las autoridades comunistas. Al rey sin reino le aguardaba entonces un largo y tortuoso camino hasta poder regresar a casa. Pero el momento llegó. En 1992 le permitieron hacer una breve visita en compañía de su mujer, la Reina Ana, quien por fin conoció su país.

No obstante, hubo de esperar hasta 1997 para que las autoridades de la República postsoviética le restituyeran su nacionalidad, su título y buena parte de sus propiedades dinásticas. Desde entonces, el anciano monarca, uno de los primos hermanos más queridos de Doña Sofía, se impuso la compleja tarea de recuperar el afecto y el apoyo de su pueblo.

A día de hoy, a sus 94 años, puede decirse firmemente que lo consiguió.

El 10 de junio de 1948 Ana y Miguel de Rumanía se casaron en Atenas en una ceremonia ortodoxa. El matrimonio tuvo cinco hijas
El 10 de junio de 1948 Ana y Miguel de Rumanía se casaron en Atenas en una ceremonia ortodoxa. El matrimonio tuvo cinco hijas - ABC

Miguel de Hohenzollern goza de unos altísimos índices de popularidad, muy superiores al de los políticos de la República. El único jefe de Estado europeo que aún vive de la Segunda Guerra Mundial ha sabido bien cómo granjearse el calor de su gente. Según los sondeos de Inscop, el 44,9 por ciento de los rumanos tienen una muy buena opinión de los reyes y más del 30 por ciento están a favor de la restauración de la monarquía.

Este sentimiento popular se ha traducido en que el Parlamento rumano esté debatiendo reconocer a la Casa Real como institución, en un año significativamente especial en el que se cumple el 150 aniversario de la dinastía Hohenzollern.

Pero quizá estos logros lleguen tarde. El júbilo por la efeméride y el resplandecer de la monarquía se ha visto empañado esta semana por la muerte de la Reina Ana, a los 92 años. La monarca falleció el pasado 1 de agosto en un hospital de Morges (Suiza), rodeada de su familia.

Ella era el gran apoyo sobre el que caminaba Miguel de Rumanía, con una salud muy debilitada por una leucemia que le llevó el pasado mes a ceder a su primogénita, la Princesa Heredera Margarita, el papel de representarle en actos públicos.

Don Juan Carlos y Doña Sofía, en una imagen de archivo, reciben en La Zarzuela a los Reyes Miguel y Ana de Rumanía
Don Juan Carlos y Doña Sofía, en una imagen de archivo, reciben en La Zarzuela a los Reyes Miguel y Ana de Rumanía - ABC

Ana de Borbón-Parma conoció a su marido el 20 noviembre de 1947 en la abadía de Westminster de Londres, en el enlace entre la Reina Isabel II y Felipe de Edimburgo, primo de Miguel de Rumanía. De una boda salió otra. Un año más tarde eran ellos los que se daban el «sí, quiero», en Atenas. Desde entonces no se separaron y fruto de su amor nacieron cinco hijas.

Los funerales por la Reina Ana se celebrarán en la catedral ortodoxa de la localidad rumana de Curtea de Arges. El Gobierno ha decretado el 13 de agosto como día de luto nacional en Rumanía, otro símbolo de acercamiento hacia la Corona.

Ahora lo que realmente preocupa es la salud del Rey y cómo encajará la pérdida de la que fuera su esposa durante 68 años. Mientras le queden fuerzas, Miguel de Rumanía seguirá velando por la imagen de la monarquía. No le tiembla la mano a la hora de apartar todo aquello que pueda ensombrecerla. Hace justo un año excluyó a su nieto Nicolás de la línea de sucesión de la Corona ( ocupaba la segunda posición, tras la princesa Margarita) al retirarle el título de príncipe, que el propio monarca le había concedido en 2010.

Los Reyes de Rumanía, su hija, la princesa Margarita, y el esposo de esta, Radu Duda, saludan a la multitud a su llegada a Bucarest
Los Reyes de Rumanía, su hija, la princesa Margarita, y el esposo de esta, Radu Duda, saludan a la multitud a su llegada a Bucarest - ABC

El motivo de esta insólita decisión nunca trascendió oficialmente, aunque el diario rumano «FLUX 24» lo atribuyó a que Nicolás habría dejado embarazada a la joven Nicoletta Cirjan, cofundadora de una ONG, con la que mantuvo un romance en 2015. El heredero le pidió que abortara, pero ella se negó. En cuanto la noticia llegó a Palacio, le despojaron de todos los derechos dinásticos para minimizar el escándalo.

Miguel de Rumanía, el «rey de la República», no está dispuesto a que nada ni nadie entorpezca su excelsa labor al frente de la Corona. Son muchos los rumanos que sueñan con una restitución de la monarquía en el horizonte.

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