GASTRONOMÍA

Diez buenos lugares para empezar

El desayuno es la comida más importante del día según los científicos, la más esperada para los glotones y la clave para los turistas. En estos lugares, resulta especial.

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Hay gente rara, poca pero tanto, que dice que no le gusta desayunar. A casi todos los demás es la comida que más le gusta del día. Tanto que la repetirían una y otra vez. Admite dulce y salado, sagrado café, infusiones, plato grande y delicia minúscula. Rompe el plazo más largo sin comer y por eso gusta tanto. Hay muchos tipos de desayuno. Desde el humilde y casero de los lunes en el hogar hasta los lujosos brunch, hasta los golosos atracones de buffet de hotel. Por seleccionar diez, aquí van unos cuantos entre tradicionales y contundentes, algunos con azúcar, otros cárnicos, con o sin churros, hasta con huevos y jamón, en la provincia. Hay muchos más, casi uno por cada casa, pero valga como pista para poder disfrutar de buenos principios, de días bien empezados.

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  1. VENTA PINTO

    Lugar mítico por sus bocadillos de lomo en manteca colorá que avi-tuallaron a miles de viajeros en coche, autobús y moto. Con el tiempo se volvió un restaurante pintón pero conserva su condición de lugar de desayuno resucitador. Buen café, grandes chacinas, amplia variedad de dulces artesanos, pan rural de primera y esa carne limpia, blanca, envuelta en gula roja. Barca de Vejer s/n. Vejer de la Frontera.

  2. LA PONDEROSA

    Los churros son un desayuno esencial, especialmente para algunos días señalados, para los festivos, los domingos y el regreso de las juergas. Pocos tan apropiados en la provincia como los de este local portuense. Grandes molletes. Incluso, llegado el caso, si obligan al consumidor con amenaza de muerte, puede acceder a ponerle unas notables lonchas de jamón serrano. Avenida de la Constitución, 6. El Puerto de Santa María.

  3. BAR BRIM

    También están los que sólo toman café. Sin más. Para ellos, este templo histórico. El ruido de la máquina a presión y la coreografía para cargarla es un clásico. Apenas hay nada más. Ni taburetes. El café, en cualquier versión, se toma de pie. Clientela veterana y cañí. Sin adornos, sin pamplinas. Ni sillas, ni vistas, ni pan. Como mucho, algún sobao, una torta de aceite... Calle Compañía con Plaza de las Flores. Cádiz.

  4. VENTA EL TORO

    Tiene fama nacional por sus huevos fritos con jamón. Ambas partes de la mágica receta son difícilmente com-parables, de pureza sorprendente. El que quiera, el que lo necesite, puede probar para desayunar y llevarse todo el día dando saltos, harto de proteínas de primera calidad. Pero también merece la pena, mucho, su café del puchero. Esa variante nostálgica y ya difícil de encontrar. Pedanía de Santa Lucía. Vejer de la Frontera.

  5. PALACIO DE MEDINA SIDONIA

    Preciosa hospedería de Sanlúcar. Además del maravilloso entorno (Palacio de los Guzmanes), ofrece una historia incomparable (con origen en el siglo XI) y un surtido cuidado. Por orientar con unas pistas: Lilian hace una exquisita mermelada casera y unos sublimes bizcochos. La atención y el resto de los detalles están a la altura de lo anterior. Un inicio de día para recordar. Plaza Conde de Niebla s/n. Sanlúcar de Barrameda.

  6. VENTA EL SOLDAO

    Hay mil motivos para hacer escala en esta venta mítica. De su legendario arroz con pollo a las carnes de caza, entre otras cien delicias. El desayuno es una más. Pedir unas rebanadas de telera morena, pan de campo au-téntico, y acompañarlo con lomo permite descubrir un lebrillo de latón con una capa de manteca roja que cubre una especie de filete magro. Hay que pedir más pan. C. San Fermín, 1. Los Badalejos. Medina Sidonia.

  7. LA CLANDESTINA

    El surtido de panes, bollería, untables, bebidas calientes y frías es exquisito pese a ser limitado. A encanto, agrado, placidez, amabilidad, música de fondo, mobiliario y detalles le ganan pocos. No abre temprano y es para ir sin prisa. Por tener, tiene hasta una estupenda librería al fondo. Es autoservicio aunque las reducidas dimensiones impiden que sea un problema. Para bon vivants, sensibles y gafapastas. Cardenal Zapata con José del Toro. Cádiz.

  8. PASTELERÍA BERLÍN

    Gran pastelería, con vocación internacional y talento especial para tartas y bollería. Obrador propio, elaboración meticulosa en local moderno. Buenas instalaciones. Cuidan a los niños. Para los que prefieren empezar el día con dulce, pocas opciones mejores. Para los más salados, también cuenta con gran surtido de panes (integrales por suerte). Muy recomendable su brunch. Edificio Rotonda. Avenida Caballero Bonald. Jerez.

  9. LE POEME

    Pequeña y bulliciosa pastelería francesa (de verdad). Admiten churros de fuera (La Guapa, a cuatro metros). Surtido adictivo. Las porciones de tartas, el hojaldre y las cremas (la de avellana, la bordan) o los macarons son inigualables. Panes variados. Café correcto. Marie atiende con elegancia mientras que su pareja produce en el obrador contiguo. Complicado encontrar hueco casi a cualquier hora de cualquier día. Calle Alcalá Galiano con Libertad. Cádiz.

  10. LA MALLORQUINA

    Pastelería conservada en formol. De otro tiempo. Casi en blanco y negro. Mantiene modos y recetas que –más que verse poco– casi no se llevan. Pero el paladar es nostálgico y agradece los sabores de siempre, los de la memoria. Amplio local y amplia terraza en el centro del centro de San Fernando. Un lugar social que fue esencial para ver y ser visto durante décadas. Una referencia inmortal. Calle Real 42. San Fernando.

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