Juzgan al etarra que se fugó a Francia después de que Carmena le concediera la libertad condicional

La Fiscalía pide nueve meses de cárcel para José Manuel Azcárate por incumplir las condiciones que le impusieron para obtener el tercer grado

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En 1992, la juez Manuela Carmena concedió la libertad condicional al etarra José Manuel Azcárate Ramos, alias «Manu», condenado a 51 años de cárcel por secuestrar al empresario Juan Pedro Guzmán Uribe y participar en un atentado contra un convoy militar en el municipio vizcaíno de Galdácano. No llegó a pasar más de seis años entre rejas, pues la ahora alcaldesa de Madrid determinó que el terrorista, que aseguró que padecía graves problemas de salud, había renunciado a la violencia. Su afección no le impidió, sin embargo, quebrantar el tercer grado y huir a Francia, donde fue detenido el pasado diciembre.

Este lunes, el Juzgado de Instrucción número 3 de San Sebastián ha abierto juicio oral contra Azcárate, al que la Fiscalía provincial de Guipúzcoa le acusa de incumplir las obligaciones que le fueron impuestas en 2004 por el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria para obtener el tercer grado.

En concreto, el etarra no volvió a presentarse desde el 23 de abril de 2011 ante las dependencias de la Ertzaintza y cambió su domicilio sin haber sido autorizado por el Juzgado. Por estos hechos, el fiscal pide una pena de nueve meses de cárcel y la accesoría de la inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de condena.

Pasado criminal

Azcárate logró escapar de la prisión de Badajoz en la que cumplía condena gracias a un auto de la entonces juez de Vigilancia Penitenciaria de Madrid Manuela Carmena, que propuso el tercer grado porque, según alegó, el terrorista le había prometido que renunciaría a la lucha armada. Apenas una semana después de salir de la cárcel, sin embargo, el etarra dejó en evidencia a la alcaldesa y manifestó ante los medios de comunicación que no se arrepentía de sus actos ni de los del conjunto de la organización terrorista.

El criminal volvió a eludir la cárcel en 2004, cuando el juez Javier Gómez Bermúdez, que previamente le había revocado la libertad condicional por incumplir en reiteradas ocasiones con su obligación de personarse ante las autoridades, le dejó libre de nuevo por sus problemas de salud. En concreto, Azcárate afirmó que sufría un caso de varices esofágicas, que provocan sangrados digestivos.

Durante los años siguientes, el terrorista fue detenido varias veces más, aunque nunca fue encerrado durante grandes lapsos de tiempo. Finalmente logró fugarse a Marsella, desde donde, según fuentes de la delegación del Gobierno en el País Vasco, tenía intención de trasladarse a Latinoamérica.

El hecho de padecer varices esofágicas no fue un obstáculo para que Azcárate protagonizara una larga lista de atrocidades en nombre de ETA. En diciembre de 1985, como miembro del «comando Vizcaya», el terrorista secuestró al empresario y directivo del Athletic Club Juan Pedro Guzmán. El rescate proporcionó a la banda 200 millones de pesetas. Por otro lado, también fue partícipe del atentado contra un convoy militar en Galdácano en el que murieron el teniente Juan Enríquez Criado, el subteniente Francisco Javier Fernández y el civil Manuel Asensio Pereda.

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