Fotografías de presos de ETA aparecidas esta semana durante las fiestas en el barrio de Judimendi en Vitoria
Fotografías de presos de ETA aparecidas esta semana durante las fiestas en el barrio de Judimendi en Vitoria - EFE

El 73% de los presos de ETA votan a favor de acogerse a los beneficios penitenciarios

El colectivo de presos de la banda (EPPK) culmina un proceso interno de debate por el que dan por superada la denominada «fase de resistencia» y dan libertad a sus miembros para acogerse a las vías legales

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Un debate puesto en marcha por el colectivo EPPK ha concluido que el 73,4% de los presos de ETA apuesta por «finalizar la fase de resistencia» y someterse a la vía legal para «acabar con la dispersión y vaciar las cárceles». La institución, que ha remitido los resultados al diario soberanista Gara, sostiene que a partir de ahora será cada recluso el que decida si utiliza o no los cauces que estipula la Ley para ser trasladado al País Vasco y adelantar su salida de prisión, y hace hincapié en que los que lo hagan «contarán en todo momento» con su apoyo y su ayuda.

El colectivo destaca el alto grado de participación de los presos en el debate, que ha alcanzado el 87,2% de los presos que lo integran.

En concreto, 221 reclusos han apoyado la iniciativa y 42 la han rechazado. Otros 30 han votado en blanco o no se han posicionado, explica el comunicado, que alega que se trata de etarras que se encuentran cerca del final del cautiverio, sufren enfermedades o imposibilidades técnicas o están fuera del EPPK.

Puertas inéditas

La plataforma puso en marcha la iniciativa el pasado mes de diciembre, cuando entregaron un documento a los presos en el que se planteaban distintos planes «para facilitar la resolución del conflicto». Asimismo, el texto hacía referencia a la futura relación del colectivo «con las organizaciones implicadas en esa superación y en el proceso independentista». Según los radicales, la apuesta por las vías legales abriría puertas a opciones inéditas hasta la fecha.

Lejos de mostrar signo alguno de arrepentimiento, en el documento el EPPK aseguraba que los estados han pretendido «utilizar» a los presos y a su entorno «para poner piedras» en el camino de lo que ellos consideran la resolución del conflicto, así como para erosionar a la izquierda radical. La nueva línea de actuación, añade el texto, tendría tres ejes principales: «Acabar con la dispersión, agrupando al colectivo; acabar con el destierro trasladando al colectivo al País Vasco; y vaciar las cárceles, excarcelando a los miembros del colectivo».

Por último, los radicales hacen hincapié en que, si hubo un «claro vencedor» en el momento en que ETA dejó la lucha armada, ese fue el colectivo, que a su juicio «llegó íntegro y con la cabeza alta al final de la campaña». Algo que, a tenor de lo que afirman algunas líneas más abajo, ni siquiera los propios radicales terminan de creer: «Vencedor, sí… Pero en la cárcel».

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