Agresión MurciaLa novia del joven agredido en Murcia: «Tengo que transmitirle fuerzas a Andrés; tiene que salir adelante»

Cuando el búlgaro Risto lanzó supuestamente su puño izquierdo contra el rostro de Andrés Martínez, golpeó a toda una familia y mandó a la UCI los planes y sueños de futuro que Zaira García Molina tenía con su novio. «Andrés es lo mejor que tengo y por culpa de la agresión mira cómo está; no me quedan más lágrimas que soltar», subrayaba ayer con entereza tras abandonar la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Virgen de la Arrixaca, en la que permanece ingresado su chico, debatiéndose entre la vida y la muerte. «Los médicos dicen que la parte del cerebro que tiene dañada es la psicomotriz, la del movimiento».

La presunta agresión del ya exportero del Grupo Temporáneo causó una grave fractura de cráneo a este joven de Alcantarilla, de 28 años, quien seguía ayer en coma inducido y con respiración asistida, un sensor para controlar la presión craneal, una drenaje en la nariz para los coágulos internos...

y acompañado desde la sala de espera por decenas de familiares y amigos que celebraban cada uno de los latidos de su corazón. «Tiene que salir adelante porque es superfuerte», repetía Zaira tras disfrutar de una de las dos visitas que la familia tiene autorizadas a diario. La primera, a las 13 horas, y la segunda, a las 19.30 horas. «Tengo que transmitirle fuerza», ha dicho Zaira a «La Verdad».

La Arrixaca se ha convertido en la casa de esta joven de 25 años desde que el pasado domingo descolgó su teléfono, cuando faltaban unos minutos para las ocho de la tarde, y uno de los amigos de Andrés le informó de que estaba en el hospital. «Me dijo que bajase a la puerta de casa y que pasaban a recogerme». Para que no se pusiera nerviosa le contaron que su novio «tenía el ojo morado». Zaira recibió el jarro de agua fría al llegar a la UCI y escuchar el parte de los médicos: «Me quedé en 'shock'; sigo sin creérmelo».

Todavía recuerda cómo su novio la invitó el domingo a que le acompañara a celebrar el cumpleaños de un amigo. «No quise porque solo iban chicos». Solo es capaz de reírse al recordar las bromas que le gastó. «Le dije: 'Vas muy guapo; seguro que ligas mucho'». Zaira se quedó el coche para recoger a Andrés horas más tarde y cenar juntos, pero el puño de Risto se interpuso en los planes de la pareja para el fin de semana y para el resto de sus vidas. «Nos habíamos comprado una casa en el barrio de Vistabella para reformarla. No teníamos fecha, pero casarnos era un plan a medio plazo». El hospital era ayer un hervidero de vecinos que acudían espontáneamente a dar su apoyo a la familia. De hecho, se ha montado una plataforma en Facebook ('Todos con Andrés'), que ha convocado para el próximo sábado una manifestación pacífica, a las 21.30 horas, en la puerta del local 609. Este pub es el último en el que estuvo el joven, minutos antes de ser agredido.

Uno de los siete amigos que acompañaba a la víctima, y que ya ha declarado ante la Policía Nacional, accedió a atender ayer a «La Verdad» desde el anonimato, «porque tengo miedo; no sé de qué es capaz esta gente».

En su declaración policial relató que él y su amigo salieron del 609 a fumarse un cigarrillo. «Estábamos de cachondeo y se nos cayeron un par de copas al suelo. Los porteros nos dijeron que nos tranquilizásemos y que no nos iban a dejar entrar». Se trataba del portero de nacionalidad argelina y del español que aparecen en el vídeo de la agresión, junto a un búlgaro que trabajaba en Luminata Bar, conocido como Risto o Risto. «Les dije que nos habíamos dejado mucho dinero dentro». Pero al final rectificó: '¡Vámonos a Pérez Casas, que esto es una mierda!'». Fue la única palabra malsonante que se escuchó en la puerta del pub, según este testigo, y no la dijo la víctima.

«Nuestros amigos estaban cogiendo sus chaquetas del 609 y nosotros nos fuimos». A la altura de la plaza Santa Isabel le dieron una patada a una botella de plástico, que acabó contra un edificio, y de repente escucharon una voz. «No sabíamos que nos iban siguiendo los porteros».

Los dos amigos se detuvieron y se percataron de que un búlgaro se había sumado a los dos cancerberos. «Todo ocurrió en unas décimas de segundo. Les dije que tampoco era para tanto lo que habíamos hecho». Acto seguido, sin mediar palabra, Risto le soltó supuestamente tal puñetazo a Andrés que este cayó inconsciente al suelo. Zaira solo tenía dos palabras para definir la grabación de la agresión que permitió identificar a los tres porteros: «Es brutal».

La joven espera que las consecuencias judiciales no se hagan esperar: «En el vídeo se ve que Andrés está con las manos en los bolsillos y no hace nada, no está alterado. Ese portero no merece que yo le diga nada; la Justicia es la que tiene que hablar ahora». En los mismos términos se pronunció el alcalde de Alcantarilla, Joaquín Buendía, que se desplazó ayer al hospital para ofrecer la colaboración del Ayuntamiento a la familia. «Solo nos queda esperar que la Justicia actúe de forma contundente y ejemplar para que los violentos desaparezcan de nuestro entorno», dijo el regidor. En el Pleno del día 21, todos los grupos políticos condenarán del ataque sufrido por este joven alcantarillero.

La familia de la víctima ha contratado ya los servicios legales del despacho López Graña Abogados para ejercer como acusación particular. Mientras tanto, el principal sospechoso, el portero búlgaro de 40 años, así como su colega argelino, de 41, pasaron este miércoles a disposición del Juzgado de Instrucción número 9. La noche del lunes, la Policía Nacional dejó en libertad con cargos al portero de nacionalidad española, de 28 años, imputado por presuntas lesiones por cooperación.

Este joven estaba preparándose la oposición a Policía Nacional, pero ya no podrá optar al haber sido detenido. En la grabación se aprecia cómo ninguno de ellos prestó auxilio a Andrés cuando se golpeó contra el suelo. Todos han sido ya despedidos por el Grupo Temporáneo.