Un hombre se dispone a colocarse el traje de león para ensayar el desfile de la festividad del Año Nuevo Chino
Un hombre se dispone a colocarse el traje de león para ensayar el desfile de la festividad del Año Nuevo Chino - ISABEL PERMUY

Así se viste Usera para celebrar el Año Chino

La comunidad asiática, las asociaciones vecinales y el Ayuntamiento preparan tres días de festejos en el inicio del año del Gallo Rojo del Fuego en el distrito con más población oriental de España

MADRID Actualizado: Guardar
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Usera es el distrito madrileño con más ciudadanos chinos entre sus vecinos: más de 6.000 están censados, y en sus calles es fácil ver no sólo una oferta insuperable de restaurantes de comida china, sino también peluquerías, asesorías fiscales o inmobiliarias rotuladas en ese idioma. Por eso, la celebración de la llegada del Año Nuevo Chino es todo un acontecimiento en Usera. Allí se han juntado la comunidad china, las entidades vecinales y el Ayuntamiento de Madrid para organizar en colaboración un extenso programa de festejos que durará del viernes 27 al domingo 29 de enero. Por tres días, toda Usera sabrá a China.

Empezando por el Centro de Mayores de la calle Olvido, donde todo está preparado para que arranque el gran desfile que el sábado 28 recorrerá las principales calles del distrito, desde las 11 de la mañana.

Dragones, leones, y bailarinas evolucionando con sus típicas danzas acompañadas con golpes de abanico darán vistosidad y colorido al pasacalles.

Para que todo salga bien, llevan días ensayando. Toda la decoración está apoyada en el color rojo, ese especial tono que en el mundo de la moda se conoce como «rojo China», un poco oscuro, que cubre ahora paredes, vestidos y calzado. La concejal del distrito de Usera, Rommy Arce, insiste en la necesidad de «dar visibilidad a la comunidad china y extender su cultura para mejorar la convivencia entre comunidades, y el intercambio de saberes».

Mientras el león amarillo y el rojo, símbolo de la alegría y la felicidad, interactúan en una danza, Elena -ciudadana china de segunda generación- pone el acento en otra perspectiva de esta fiesta: «Las segundas y terceras generaciones necesitamos que sigan realizándose estos festejos porque si no, perdemos estas tradiciones», advierte. En la esquina, preparado, el dragón, que «viene del cielo y da suerte», cuenta María. Por eso, indica en un estupendo español, «queremos que pase por todas las tiendas y los almacenes».

Los más pequeños también participan en la celebración. Y no sólo los de origen chino: en el colegio público República de Venezuela han querido contribuir incluyendo entre sus clases talleres sobre el Año Nuevo Chino, el horóscopo chino, el paso del año del mono al del gallo... Las aulas de este centro cuentan con 100 alumnos chinos, sobre un total de 500. En el patio, los más pequeños se alborotan y gritan: «¡Fiesta de China!¡Fiesta de China!». En las paredes, frases que ayudan a educar: «Nuestro cole es un arco iris, todos somos iguales y todos diferentes».

Uno de los cuatro murales de Juan Carlos Toro instalados sobre las paredes de edificios en Usera
Uno de los cuatro murales de Juan Carlos Toro instalados sobre las paredes de edificios en Usera - ISABEL PERMUY

Ángel García, su director, explican que intentan que la integración, «que es muy buena», sea aún mejor, ahora que «se está superando el problema del idioma». De hecho, cuenta que el auténtico problema ahora es que «los padres tienen miedo de que sus hijos pierdan la grafía china», para lo cual suelen acudir los sábados a clase en la Escuela China de Usera, donde les adiestran en la particular caligrafía oriental.

Ceremonia de los deseos de luz

Los niños serán los protagonistas del último de los actos del Año Nuevo Chino: la Ceremonia de los deseos de luz flotantes, una ruta con farolillos de luz que servirá como «cuentacuentos» andante y donde irán narrándose historias sobre la llegada de los abuelos a España.

Usera se ha poblado de murales, realizados por el fotoperiodista y artista Juan Carlos Toro. «He hecho fotografías de vecinos de Usera, retratos de ellos con gallos auténticos, representando el año que comienza», explica. Esas imágenes se reproducen a tamaño gigantesco en papel y, ayudados por buena cantidad de cola, se van montando sobre las paredes de varios edificios, como un enorme puzzle. Son obras efímeras, que la lluvia y el viento se encargarán de hacer desaparecer.

El templo budista de Usera abre sus puertas a quien quiera acercarse a meditar durante este fin de semana

El templo budista de la calle Luis de la Torre abre las puertas en esta celebración a quien quiera acercarse a meditar o, simplemente, a elevar su espíritu. La religiosa Lina Long explica que ellos practican el budismo tibetano. En el altar principal, decenas de imágenes de buda y muchas ofrendas dejadas por los fieles: fruta, dulces, velas, canela, incienso ... «Hay ocho distintas ofrendas, y cada una tiene su utilidad». Todos los días, explica, rezan «para que España tenga desarrollo económico, paz y tranquilidad». El domingo 29 hay talleres de meditación, para niños (12:30h.) y para adultos (13.30h.) en este templo.

Pasaporte gastronómico

Y como en toda fiesta que se precie, la gastronomía es una pieza esencial. Por eso se ha programado una ruta por los numerosos restaurantes chinos de la zona, a la que conviene acudir pertrechados por el «Pasaporte gastronómico y cultural de Usera», que garantiza descuentos a quienes lleven puesto el sello de cada establecimiento colaborador.

Más allá de lo que en occidente conocemos como comida china, en Usera se puede realizar un recorrido por el arte culinario en las distintas regiones del enorme país: Sichuan, Hunan, Guangdong, Shandong, Anhui, Jiangsu, Fujian y Zhejian, cada uno con sus particularidades gastronómicas.

En el restaurante de Juli Xiao Yang, el I Go Pasta, por ejemplo, son especialistas en una cocina «más del sur, no tan picante como en el norte», y en elaborar su propia pasta. La ensalada de pepinos, las gambas rebozadas con melón, fruta natural y mayonesa, o la lubina frita rebozada con salsa agridulce son sólo algunas de las especialidades que sirven, todas ellas con su particular y delicada estética. Juli aprendió a tocar el guzheng, un instrumento de cuerda típico de China, por internet - «Aquí no hay nadie que sepa enseñarlo»-, en un nuevo ejemplo del interés de este pueblo por mantener sus tradiciones.

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