El interior del centro, en una imagen de archivo
El interior del centro, en una imagen de archivo - ABC
Moncloa-Aravaca

Un triple parricida acuchilla a un indigente en un albergue con un cúter al poco de salir de prisión

Riñeron en la puerta y le clavó un cúter en la cara, cuello y cabeza. Cumplió una pena de 20 años por asesinar a sus padres y abuelo

MADRID Actualizado: Guardar
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Un indigente de 59 años acuchilló a otro con un cúter en la puerta del Albergue de San Isidro (Moncloa-Aravaca) en el transcurso de una pelea desencadenada sobre las 20.30 horas de la noche del miércoles. La víctima sufrió varios cortes en el rostro, cuello y cabeza de carácter superficial. Sin embargo, la enfermedad crónica que padece el herido agravó su estado tras el ataque, por lo que fue trasladado hasta el Hospital Clínico, precisaron fuentes de Emergencias Madrid y de la Jefatura Superior de Policía.

El atacante se dio a la fuga y ahora la Policía Nacional, que le tiene identificado, le busca para detenerle. El albergue municipal cuenta con un detector de metales con el fin de impedir la introducción de armas blancas, pero la que llevaba él, recubierta de plástico, pasa inadvertida.

Los testigos del suceso le describieron como «conflictivo, peligroso y con problemas mentales». No mienten. Según adelantó Telemadrid, al autor de la lesiones asesinó a sus padres y a su abuelo el 19 de diciembre de 1994. En 1996 fue condenado a 60 años de prisión por los tres asesinatos y cumplió una pena de 20 años de prisión. Es decir, acaba de quedar en libertad, prácticamente, tras saldar su cuentas con la justicia en 2016. Y suma y sigue en su espiral violenta.

Enajenación mental

El espeluznante suceso se produjo en la vivienda familiar en diciembre de 1994. Entonces, el triple parricida tenía 36 años, era heroinómano y estaba en tratamiento psiquiátrico. Electricista de profesión, separado y con dos hijos, había vuelto a la casa familiar porque su mujer le echó de casa tras un incidente con su padre. Fue la gota que colmó el vaso. Robaba a su familia para adquirir la droga e incluso se llegó a decir que golpeó a su madre y que esta llamó a la Guardia Civil porque le llegó a amenazar con un arma blanca, tal y como publicó ABC en su día.

Las peleas con sus padres y su abuelo eran continúas debido a su adicción a las drogas, según la sala sexta de la Audiencia Provincial que le juzgó. Todos querían que ingresara en un centro de desintoxicación y él se negaba. En una de esas disputas golpeó de forma reiterada con un cuchillo y un objeto contundente a sus familiares hasta que les mató.

El tribunal que le condenó, indicó que el procesado padecía un trastorno de personalidad con marcados rasgos disociales, así como inestabilidad emocional e impulsividad. Le aplicó la atenuante de enajenación mental y en la sentencia, agregaba que cuando cometió los asesinatos «tenía sus facultades intelectivas y volitivas ligeramente disminuidas por su problema mental y la ingesta de la heroína».

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