Teatro del Barrio, de los titiriteros del «Alka-ETA» al independentismo catalán

La sala, impulsada por el actor Alberto San Juan, se reivindica como un espacio cultural y «abiertamente político» de Madrid

El diputado Joan Tardá, el domingo, delante del Teatro del Barrio ISABEL B. PERMUY

S.L.

En el centro de la polémica. Ese podría ser el hábitat en el que se mueve una pequeña sala madrileña, situada en el barrio de Lavapiés, y bautizada como Teatro del Barrio. Impulsada por el actor Alberto San Juan, junto a varios socios, volvió a saltar al foco mediático el domingo al salir al rescate de la causa soberanista y albergar, después de que un juez no autorizara su celebración en un espacio público, un acto a favor de la autodeterminación de Cataluña.

Allí, en el mismo escenario que esta vez tomaron la palabra políticos como el diputado Joan Tarda (ERC) o la parlamentaria regional Isabel Serra (Podemos) para defender el referéndum ilegal del 1 de octubre, también se han desarrollado otros eventos polémicos, como las representaciones de «La bruja y don Cristóbal» .

Un instante de la representación de «La bruja y don Cristóbal» ABC

Para el que no se acuerde, se trata de la obra por la que un juez decretó el ingreso en prisión de dos titiriteros —cuyo caso quedó archivado después— durante las fiestas de Carnaval del año pasado en Madrid. Durante la representación, los guiñoles muestran un cartel en el que se puede leer «Gora Alka-ETA» y también se presencia una violación y un asesinato.

Después de que los titiriteros fueran detenidos, Alberto San Juan aprovechó su sala para representar la obra a modo de protesta y, hace unos meses, en abril, fueron los propios encarcelados quienes regresaron al Teatro del Barrio a representarla. En el patio de butacas, que es más bien reducido, había representantes políticos madrileños como Carlos Sánchez Mato , concejal de Economía del Ayuntamiento que dirige Manuela Carmena.

En esta ocasión, Sánchez Mato no acudió al acto soberanista —quizá para evitar líos antes de la visita al juzgado a la que se enfrentó ayer—, pero sí otros ediles madrileños, como Montserrat Galcerán, Pablo Carmona o Rommy Arce. Los tres, que también apoyaron a los titiriteros firmando entonces otro manifiesto, apoyaron la causa independentista en el que, con el paso de los acontecimientos, se ha convertido en el teatro más polémico de la capital. En su página web proclama, no obstante, sus intenciones al definirse como un espacio cultural creado con voluntad «abiertamente política» .

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