Restricciones Madrid

Las restricciones acorralan al pequeño comercio de Madrid: «Si seguimos así, volveremos a cerrar»

Hace días que el tejido empresarial de la capital acusa las medidas sanitarias para atajar los contagios. Temen que la situación pueda agravarse con las nuevas limitaciones, que entraron en vigor este viernes a las 22 horas

Confinamiento en Madrid: los municipios afectados tras el estado de alarma

La céntrica calle de Carretas, prácticamente vacía esta mañana/ Vídeo: Restricciones en Madrid sin limitaciones ne zonas sanitarias ISABEL PERMUY/ ATLAS

Cris de Quiroga

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Malestar, incertidumbre, miedo. Hace días que un amasijo de emociones invade a los madrileños. Doce horas después de la entrada en vigor de las últimas restricciones , que evocan el sabor amargo del primer confinamiento y la enrevesada desescalada, la capital y otros nueve municipios de la región despiertan embarrados en las mismas sensaciones. Al margen de la salud, la economía es la principal afectada por la segunda ola del coronavirus; sus lugartenientes, los pequeños empresarios y comerciantes, los más perjudicados. «No quiero hacer declaraciones, todo es absurdo », son las primeras palabras del dueño de una zapatería con más de 50 años de historia, en la calle del Arenal. No obstante, se arranca a hablar: «Las restricciones eran mejor antes, ahora podemos ir a Vallecas, los de Vallecas pueden venir aquí... Podemos ir de zonas contaminadas a no contaminadas», critica.

Bastan unos pasos desde su tienda para alcanzar la sede del Gobierno madrileño, en la puerta del Sol, donde en las últimas semanas se han ordenado distintas medidas sanitarias para atajar los crecientes contagios. De los «confinamientos» selectivos para perimetrar las 45 zonas básicas de salud con mayor incidencia del virus, una estrategia del Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso , al «cierre» de diez municipios con más de 100.000 habitantes y 500 contagios en los últimos 14 días, siguiendo los criterios del Ministerio de Sanidad . Pese a que Sol ha recurrido la orden, desde las diez de la noche de este viernes la ciudad de Madrid junto a Parla, Fuenlabrada, Alcobendas, Torrejón de Ardoz, Getafe, Alcorcón, Leganés, Móstoles y Alcalá de Henares están sometidos a nuevas limitaciones. Ya hacen mella.

«¿Que si se nota? Se nota muchísimo» , aseveraba esta mañana Ángel, vendedor de zapatos desde hace nueve años. Es sábado y apenas hay movimiento en una de las vías que desemboca en el kilómetro cero de la capital. «Si no vendo, no como, en los comercios vamos a comisión. Y la gente tiene mucho miedo a comprar, a salir; los comercios se van al traste», zanjaba este hombre de 59 años. Las últimas medidas sanitarias restringen el aforo de los locales al 50 por ciento y el cierre a las 22 horas, pero son las limitaciones de movilidad las que hacen el mayor daño.

Ángel posa en su tienda para ABC I. PERMUY

«No entra nadie»

«Da igual estar abierto o cerrado, desde hace tres o cuatro días está todo muy mal, ayer no entró nadie. Influye mucho el miedo», explicaba Carmen, que regenta una joyería desde 1999. «La gente no tiene ganas de comprar, y menos a nosotros, estamos al final de la cola. Y el precio del oro ha subido muchísimo, porque es un valor refugio», esgrimía. Cuenta con la única ayuda del propietario del local, que por ahora le ha perdonado el 50 por ciento del alquiler, aunque no sabe cuándo deberá devolverlo.

«Un sábado esto tendría que estar lleno», lamentaba Patricia Martí, en una tienda de camisetas. La marca gozaba de cuatro locales en pleno centro de la capital, pero el Covid se ha llevado tres por delante, en un negocio que depende prácticamente del turismo. «La otra tienda en Sol hacía entre 2.000 y 3.000 euros al día y en una semana se cerró. No se podía mantener con 200 euros », explica la joven. El lema ahora es «intentar aguantar hasta Navidad». Sin embargo, el daño económico es evidente. La Comunidad ha estimado que estas restricciones generarán pérdidas de 750 millones de euros y destruirán 18.000 empleos cada semana que continúen en vigor.

La hostelería, muy afectada

Pese a ser la primera mañana bajo restricciones, hace tiempo que los pequeños empresarios temían lo que se venía encima. Sobre todo, los bares y restaurantes , principales víctimas de la crisis sanitaria. Hace apenas una semana, el Bar El Tres se atrevió a abrir sus puertas, tras seis meses de candado. Pero ha chocado con las nuevas medidas: la barra no se puede utilizar, el aforo queda limitado a la mitad tanto en la sala como en la terraza y deben cerrar a las 23 horas. «Si sigue así, seguramente vamos a volver a cerrar pronto», lamentaba una de las empleadas, Iuliana Valaudic.

Iuliana posa con dos cafés durante la primera mañana con restricciones en toda la capital I. PERMUY

«A partir de hoy se va a notar mucho. La gente ya no come en el bar y tampoco da tiempo a cenar», contaba. Es una de las dos trabajadoras (en total, son seis) que la dueña ha sacado del ERTE y solo le queda esperar lo mejor. Al mediodía, la única pareja que disfrutaba de un café aprovechaba para compartir su opinión. No es distinta: «Es un despropósito, la economía así no aguanta» , declaraba la mujer. La pandemia pesa.

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