La Policía Municipal en la piscina de Moratalaz
La Policía Municipal en la piscina de Moratalaz - ISABEL PERMUY

Rebelión de los directores de los centros deportivos contra la gestión sectaria de Mayer

Un total de 25 responsables redactan una carta a la edil para denunciar falta de «criterio, diálogo, seguridad jurídica y coordinación». Hay tres expedientados

Madrid Actualizado: Guardar
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El verano ha comenzado complicado para la controvertida concejal Celia Mayer. Un total de 25 de los 32 directores de centros deportivos de la capital han firmado un escrito pidiendo que, de una vez por todas, ponga orden en la estructura y competencias de sus funciones. No saben a ciencia cierta qué criterio se sigue desde el Área y, para colmo, dos de los firmantes, de Usera, y un coordinador de la Junta de Arganzuela, ambos distritos dependientes de Rommy Arce, han sido expedientados. Se trata de una rebelión sin precedentes.

Pero el problema de fondo, además, es la falta de diálogo con la actual Corporación municipal y la escasez de personal de seguridad en las piscinas.

Carmen Castell, concejal del PP, expuso en la última comisión municipal de Deportes, el 20 de junio, el enorme malestar existente. «Ni la concejal Mayer ni el director general de Deportes, Javier Odriozola, saben qué hacer. La edil, en el año que lleva en el cargo, jamás ha contestado a ninguna pregunta de mi grupo municipal en asuntos de Deportes», denuncia Castell, que califica de «penosa» la gestión: « Celia Mayer no da ni una».

La polémica tiene dos vertientes. Por un lado, la indeterminada «dependencia jerárquica y funcional del puesto de directores de instalaciones deportivas municipales», se quejan en su escrito a la titular del Área. Si bien el Instituto Municipal de Deportes se extinguió como organismo en 2004 y los responsables de los polideportivos dependen, según de para qué, de la Dirección General o de los distritos; es ahora cuando se sienten dando palos de ciego en su día a día profesional. Y lo achacan a la inoperancia de Mayer y Odriozola.

«La ausencia de distribución de competencias y la falta de instrucciones y procedimientos elaborados con coordinación de todas las áreas y órganos municipales hacen que los directores de las instalaciones deportivas municipales estén ejerciendo su función en precario», indican. «Todo esto provoca –añaden– inseguridad jurídica e indefensión en caso de conflictos».

Sanciones arbitrarias

Un ejemplo: a los responsables de los centros de Orcasitas y Orcasur ( Usera) se les han abierto expedientes tras una denuncia de UGT por no fichar;en cambio, la orden vigente, de 2002, habla de que no tienen por qué hacerlo, pues necesitan continua movilidad por las instalaciones debido a su contacto constante con el resto de empleados, que son una media de 80 por cada pabellón.

Uno de los directores firmantes lo tiene claro: «Los responsables del Área son tremendamente sectarios. No se ha hecho absolutamente nada. Siguen contratando a personas como si fueran del extinto Instituto Municipal de Deportes, pero dependemos de los distritos. Somos un monstruo con distintas cabezas».

Inseguridad en piscinas

La otra pata del problema es el que se está viviendo desde el inicio de la apertura de piscinas de verano. Este año se han adelantado al 14 de mayo. En el distrito de Arganzuela, expiró el contrato de seguridad privada en los edificios municipales. En enero no se renovó. La presidenta, la edil anticapitalista Rommy Arce, dejó sin vigilancia instalaciones como el centro deportivo Marqués de Samaranch, el de Peñuelas o el dotacional. En todos ellos se vienen produciendo robos.

Carmen Castell se lo afeó a Ahora Madrid en el Pleno, y la decisión que tomó Rommy Arce no fue otra que hacer un contrato menor (por 17.999 euros y sin necesidad de sacarlo a concurso público) para tener vigilantes durante solo unas horas. El resultado: ya el primer fin de semana de apertura de piscinas se produjeron robos en las máquinas de «vending» de Peñuelas.

Porque también en la concesión de los ambigúes ha habido problemas. «No los han licitado o lo han hecho con un canon muy alto», denuncia Castell. Esto ha provocado que algunas piscinas carezcan de este servicio y se haya optado por instalar el sistema de «vending», lo que, además, genera pérdidas de puestos de trabajo.

Más problemas de seguridad: aunque aún no se han producido altercados extremadamente graves, sí se insulta a los socorristas e incluso los empleados reciben amenazas de algunos usuarios, del tipo «Te espero en la puerta cuando salgas y te vas a enterar». «Es algo muy habitual, como los puñetazos», explica a este periódico el director de un centro municipal.

Se ha elaborado un listado de las piscinas de verano más peligrosas, por las que suele pasar la Policía Municipal: Plata y Castañar (Villaverde); San Blas (donde el año pasado hubo amenazas con puñales); San Fermín (Usera); Palomeras y Entrevías (Puente de Vallecas)... En esta última, hace dos veranos, un vigilante pasó toda una noche en el agua atado a una escalera.

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