En el centro, Elsa Valverde, propietaria de la Tienda del RJBM, junto a otras dos dependientas
En el centro, Elsa Valverde, propietaria de la Tienda del RJBM, junto a otras dos dependientas - JAIME GARCÍA

El Real Jardín Botánico de Madrid echa sin indemnizar a la propietaria de su tienda

Elsa Valverde lucha por recuperar los 120.000 euros que vale el material que deja

MADRID Actualizado: Guardar
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Cuando en el mes de abril se le comunicó a Elsa Valverde, propietaria de la Tienda del Real Jardín Botánico de Madrid –RJBT–, el inminente cierre del establecimiento por el comienzo de unas obras de restauración, confió en que volvería a ella cuando se reabriera terminados los trabajos. La reapertura se hará, según indican desde el Botánico, el próximo año, cuando finalice la segunda fase de mejoras. Sin embargo, no será Valverde quien la regente. A pesar de que esta madrileña lleva casi 20 años al frente, el RJBM sacará a concurso de funcionarios –del propio jardín– la dirección de la tienda.

En otoño de 1999, el gerente del Botánico le ofreció a la madrileña Elsa Valverde, bióloga especialista en botánica por la Complutense, la concesión de la tienda.

Ella llevaba varios años trabajando allí como dependienta, por lo que el gerente pensó que le podría interesar. Y así fue. Valverde tuvo la concesión, que se hizo efectiva en un acta de la Sociedad de Amigos, asociación en la que la dirección del RJBM había delegado la gestión de la tienda mediante un acuerdo. Al tratarse de una concesión «hecha a dedo», como admite la bióloga, entiende y asume que la dirección quiera ahora sacar a concurso la tienda. Lo que no se explica son las maneras de comunicarle el despido: «Me dijeron que no tenía ningún derecho, ni siquiera a cobrar indemnización, que no iba a recibir nada por el material y que ni la dirección ni gerencia se iba a reunir conmigo para tratar sobre este asunto».

Como autónoma, Valverde no tiene derecho a indemnizaciones más que la que concierne al cierre por cese de actividad, por lo que ella se tiene que hacer cargo de indemnizar a las tres dependientas que tiene contratadas. La bióloga trató de conseguir el dinero, ya que esa indemnización debía cubrir el gasto del material que todavía había en la tienda sin vender. «En junio, me pidieron que les pasara la valoración económica de lo que había en la tienda en estos momentos, excluyendo el material logístico, la tienda online, cartera de proveedores y clientes… Hice dos valoraciones, me las echaban todas por tierra».

«O facturas, o ni un euro»

Llegó el mes de julio y el Real Jardín Botánico de Madrid, gestionado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas –CSIC–, entregó una carta de desahucio a la propietaria de la tienda, con el aviso de que debía cerrar la tienda en ocho días. Sin embargo, el período de alegaciones y contraalegaciones –abogados mediante– le permitió ganar algo de tiempo hasta que se le comunicara de nuevo el cierre el 9 de agosto. En esta fecha tuvo, además, la primera reunión con el actual director del RJBM, Jesús Muñoz, elegido hace dos años para el cargo durante cuatro años. Ese día, el director le dijo a la propietaria que aceptaba la última valoración que les dio del material, unos 120.000.

«Nos pasamos dos días haciendo inventario para reflejar su coste, se lo dimos el 10, y a los dos días nos respondió que quería las facturas de todos los proveedores, o no tendríamos el dinero». Según Valverde, esos documentos no tiene por qué entregarlos, «si se los doy puede beneficiarse» de un trabajo que le ha «costado años conseguir», como descuentos y promociones con empresas y clientes del sector. «En la tienda están todas las cajas con el inventario hecho, con el valor de todo el material, que es lo que dijeron que pagarían», comenta.

La situación actual para Elsa Valverde, con hipoteca, dos hijos menores y un marido que sólo trabaja seis meses al año, se complica al no ver recompensado los años de trabajo y dedicación exclusiva a la tienda durante más de 20 años. Ni siquiera la antigüedad le beneficia en este caso; el local pertenece al «suelo público», explican desde el Botánico, por lo que «no importa cuánto tiempo lleve, hay un nuevo proyecto de tienda». Por ahora, el siguiente paso de la bióloga es, según revela, llevar el caso ante el juzgado de lo Contencioso–Administrativo de Madrid, «para que sea la Justicia la que dé una solución».

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