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Peatones cruzando por la calle Gran Vía, este jueves - MAYA BALANYA

Los planes de Carmena para peatonalizar la Gran Vía

La arteria, que entra este viernes en su octavo día de restricciones al tráfico privado, fue desalojada el jueves una hora por la presencia de un paquete sospechoso

MADRID Actualizado: Guardar
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Si el «experimento» de Gran Vía sale bien, el Gobierno municipal se planteará la peatonalización definitiva de esta calle. Así lo adelantó ayer la alcaldesa de la ciudad, Manuela Carmena, en una entrevista radiofónica. Una Gran Vía peatonal es «posible», dijo, y le parece que la extensión de las peatonalizaciones es un fenómeno «casi imparable» y «mundial». Puso como ejemplo Bilbao, que también cortó su Gran Vía al tráfico «y es un éxito extraordinario».

La decisión definitiva, añadió la regidora, «depende mucho del resultado». Pero de momento valora positivamente los cortes al tráfico privado: tienen «más datos de apoyo que de crítica».

A la imagen de la Gran Vía desbordada por visitantes se unió ayer otra diferente: la de un tramo de esa calle desalojada por la Policía por la presencia en un hotel de una maleta sospechosa.

Afortunadamente, resultó ser una falsa alarma que, eso sí, añadió un poco más de caos al conjunto.

Carmena dice seguir la senda que iniciaran los alcaldes del PP al cortar Arenal o Fuencarral

La transformación de calles del centro en peatonales, recuerda Carmena, sigue «en ciertos aspectos» la senda que iniciaran los alcaldes del PP en la capital, por ejemplo en Arenal o Fuencarral. Medidas que también levantaron críticas, recuerda, pero que luego fueron «aplaudidas». Lo que más han criticado distintos colectivos como transportistas, hosteleros, aparcamientos o comercio, es la falta de consultas previas.

Sin embargo, Carmena insiste en que la iniciativa se ha adoptado «con mucha responsabilidad y sin ningún tipo de prepotencia». Defiende que «las medidas nuevas se toman así, preparándolas y, lo más importante, evaluando sus resultados». Y en este capítulo, asegura que de acuerdo con sus datos el comercio ha crecido -«el nivel de movimiento económico en la Gran Vía está siendo mayor que el que pudo haber habido en otros años»-, y los taxistas han aplaudido la decisión «desde el primer momento».

Problemas «previstos»

No obstante, Carmena reconoció que se habían producido «problemas concretos», aunque adelantó que «ya los teníamos previstos». Nada que ver con la opinión de la oposición: para el portavoz adjunto del PP en el Ayuntamiento, Íñigo Henríquez de Luna, el corte es una medida «sectaria», «dogmática» e «improvisada», que «perjudica a todos», incluso al transporte público, por los «interminables atascos».

La portavoz municipal de Ciudadanos, Begoña Villacís, calificó al equipo de gobierno de Carmena de «irresponsable» por no haber tenido en cuenta a las empresas de paquetería. De cara al futuro, recuerda que la Gran Vía «es una arteria principal de la ciudad, que no tiene alternativas».

Comerciantes divididos

Haciendo un recorrido por los establecimientos del tramo de Gran Vía cortado al tráfico, se puede comprobar que hay una fuerte división de opiniones al respecto entre los comerciantes. La mayoría asegura que la medida no se ha notado ni para bien ni para mal, y que las cifras de ventas no se han alterado en comparación con las mismas fechas del año pasado.

«Aquí hemos tenido la misma afluencia de clientes de siempre, y tampoco hemos notado excesivas molestias», dicen los trabajadores del Museo del Jamón, en el número 72. En la tienda de ropa y calzado italiano Geox, en el número 50, aseguran que «no se está notando nada», y la misma respuesta ofrecen en la hamburguesería Five Guys (en el número 44) y de otros establecimientos que reciben una gran afluencia de público, como Zara o Primark, donde nos cuentan que el ritmo de trabajo «está siendo el habitual de las fechas pre-navideñas, es decir, frenético».

Algunos comerciantes se quejan de los cortes: «está habiendo una bajada de afluencia muy clara»

Sin embargo, en algunos restaurantes sí que están notando ciertos problemas. Es el caso del italiano Dibocca Gran Vía (número 59), donde están experimentando un considerable descenso en las visitas desde que se instalaron las vallas frente a su puerta. «Está habiendo una bajada de afluencia muy clara, especialmente de las familias, que son las que más vienen en coche al centro, porque el transporte público les sale muy caro. Muchas familias que son clientes habituales han dejado de venir desde el viernes de la semana pasada», asegura su encargada. «Además -señala-, estamos recibiendo muchas quejas de nuestros proveedores, que tienen muchísimos problemas para llegar a nuestro local. Hay mucho descontento con esta medida. No se ha ejecutado tomándonos en consideración».

La otra cara de la moneda la ofrecen otros establecimientos como la cafetería Starbucks del número 30, donde la clientela ha aumentado notablemente esta última semana. «El fin de semana pasado hemos subido un 22 por ciento con respecto a las mismas fechas de 2015. Además, tener la acera más despejada nos facilita mucho las labores diarias de montaje y recogida».

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