Pesadilla en Toys 'R' Us antes de (la campaña de) Navidad: «No nos lo esperábamos»
Empleados y clientes demostraron su sorpresa por la noticia de la quiebra de la firma juguetera norteamericana
Por las tiendas de Toys 'R' Us de Madrid no apareció ayer ningún esqueleto con pajarita —por eso del protagonista de la película— pero sí sobrevoló una mala noticia que dejó helados a los empleados, uno a uno, conforme se toparon con ella. «Me has dejado muerta» , respondió una de ellas al ser preguntada por sus primeras impresiones después de que la empresa para la que trabaja se declarara, ayer, en bancarrota. «Es que no sabía nada», insistió la mujer, preocupada por la cercanía de la campaña de Navidad, una de las más productivas para el sector del juguete.
«No nos lo esperábamos», suscribe otro compañero, que tampoco quiso dar su nombre ante la incertidumbre que se vivía en esos momentos. «Yo tampoco me había enterado, pero he venido a buscar un juguete, no lo encuentro y tampoco viene nadie a ayudarme», subrayó algo enfadad Elena, una de las pocas personas que, según pudo comprobar este diario, pasaron ayer por la mañana por una de las tiendas que Toys 'R' Us tiene abiertas actualmente en Madrid.
Allí, los expositores están repletos de juguetes de todo tipo: peluches, figuras de acción, coches teledirigidos, muñecas y hasta videojuegos se pueden encontrar en unos pasillos que tras conocer la noticia parecían haberse unido al luto . Faltaba gente, si bien es cierto que no se trataba de un horario de máxima concurrencia.
«Siguen viniendo», aseguran desde el comercio, donde remarcan tener «planes para el futuro», pese a descubrirse el K.O. financiero de la firma en víspera de la Navidad . «Ahora mismo estamos contratando», confirman otras fuentes de una empresa que, según pudo saber ABC, sigue realizando inversiones y modificaciones en sus establecimientos.
Echan en falta más atención
«Sí que antes había más empleados, hoy me ha costado mucho encontrar las cosas y otras veces siempre había un dependiente que me ayudaba», recuerda Antonio, que ayer acudió a por unos regalos de cumpleaños. «Noto que cada vez hay menos empleados» , diagnosticó este cliente nada más salir de la tienda, donde se quedaron los empleados.
«Algo había leído de que no estaban muy bien, pero creía que era una chorrada», se escuchó cerca de las cajas, donde a buen seguro quedaron más tranquilos tras conocer las intenciones de la compañía. No habrá cierres entre las tiendas españolas y todos los trabajadores mantendrán sus empleos. Si finalmente se cumple lo dicho, el anuncio de la quiebra se quedará en una falsa alarme y el «cuento» acabará bien.
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