El Patio Maravillas desafía a Carmena y okupa un edificio en Malasaña

Tras un año de espera, el colectivo se instala en un edificio privado rehabilitado con dinero público

Madrid Actualizado: Guardar
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El Patio Maravillas ha vuelto a Malasaña instalándose en un edificio privado de la calle San Mateo, abandonado desde hace años «y en el que el Ayuntamiento (de Madrid) se ha visto obligado a emprender obras de rehabilitación con dinero público». En un comunicado, el Patio ha recordado que los dos últimos edificios que lo alojaron, en la calle Divino Pastor y en Pez, «permanecen tras más de un año desalojados en situación de abandono». Y todo ello mientras «existen edificios vacíos de propiedad municipal en el centro de Madrid».

El inmueble por dentro
El inmueble por dentro

Son tres los ejemplos que ponen, el inmueble en el número 20 de Alberto Aguilera, una porción de 3.000 metros cuadrados del edificio de Conde Duque y el edificio situado en la calle Gobernador esquina con el paseo del Prado.

«De una forma u otra, el Patio ha tenido una relación con estos tres espacios, señalándolos o visitándolos como lugares que podrían dar una solución a las demandas de cesión de un espacio municipal a la autogestión ciudadana, algo que lamentablemente no parece estar en los planes de este Ayuntamiento», han lamentado en un comunicado.

El Patio ha explicado que decidieron apostar por la oportunidad que se abría con Ahora Madrid en el Gobierno municipal, una llegada que acogieron con «optimismo». Sin embargo, se han encontrado con unas directrices para la cesión de espacios municipales, diseñadas por el área de Coordinación Territorial que dirige Nacho Murgui, que han tachado de «cobardes e insuficientes» frente al Estatuto para los Centros Sociales que plantea el Patio con otras redes.

El Patio Maravillas ha recordado que, «tras nueve años latiendo», llevaban uno «sin espacio para desarrollar su proyecto político» en el centro de Madrid, «arrasado por la especulación» y en un barrio «víctima de la voracidad empresarial, de los intereses inmobiliarios y del expolio de los bienes comunes con la aprobación o el impulso de las distintas administraciones locales, autonómicas y estatales».

Con la acción que arranca este sábado, el Patio «trata de reivindicar la inteligencia colectiva y aportar un espacio de autogestión ciudadana para la ciudad», además de «poner el acento en este edificio como símbolo del fracaso de unas políticas públicas que favorecen la especulación a costa del bienestar de la ciudadanía». Desde el Patio se pide a la Administración que se «componga» con ellos ante su «manifiesta incapacidad para cuidar y promover los centros sociales en Madrid».

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