Negociadores de Usera: policías de elite con la palabra como única arma
Existe una red de negociadores en el CNP que, este 2017, ha actuado cinco veces en Madrid
La Policía Nacional cuenta en todas sus Jefaturas Superiores y en casi todas las Comisarías Provinciales con grupos de negociadores para crisis como la vivida ayer en Usera . En Madrid, son tres integrantes de la escala ejecutiva (inspectores e inspectores jefe) que, en lo que llevamos de 2017, han actuado en cinco ocasiones. No es lo mismo negociar con rehenes (personas capturadas al azar) que con víctimas (alguien que, por ejemplo, se atrinchera con su expareja y amenaza con matarla), que es algo más complicado de trabajar.
Son policías adscritos a distintas unidades, pero que han realizado un curso especializado en negociación para el que no vale todo el que se presenta. Se escoge a aquellos que ostentan mejores aptitudes, como la capacidad de influencia, de persuasión y las habilidades sociales de los candidatos. El curso dura tres meses y medio; pero las dos últimas semanas son intensivas, en las dependencias del GEO . «Es mañana, tarde y noche. Nos llevan al extremo para ver cómo reaccionamos, en situaciones de frío, calor, gritos...», narra a ABC uno de los negociadores. Insisten en que el trabajo de las unidades territoriales «es siempre en equipo y total interconexión con las de otras Jefaturas». En Madrid, tienen de apoyo al Grupo XII de Policía Judicial, experto en atracos a bancos, secuestros y extorsiones. Orgánicamente, dependen de la UDEV Central, que cuelga de la Comisaría General de Policía Judicial.
Aunque es el UCOT (el «número dos» de Jefatura) quien ordena activar el protocolo, en el que se trabaja sobre el cerco de la zona y se involucran unidades de Seguridad Ciudadana como las UIP o las UPR, e incluso el GOES o el GEO, en casos más extremos. También pueden entrar Sistemas Especiales (para barridos de frecuencias o colocar cámaras), la Unidad de Subsuelo y el helicóptero.
Una vez sobre el terreno, mientras los negociadores entablan su primer contacto con el atrincherado, el Grupo XII recaba todo tipo de información sobre él, desde identidad a antecedentes: « Realizamos un perfil , para saber a quién nos estamos dirigiendo y generar empatía. Lo que más nos cuesta es quitarnos el rol de policías. Pasamos de tener un papel imperativo a que nuestra fuerza y única arma sea la palabra, la comunicación. El que negocia no manda, y el que manda no negocia. La máxima es que no haya víctimas».
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