Un hombre espera la llegada de su tren, ayer, en la estación de Chamartín
Un hombre espera la llegada de su tren, ayer, en la estación de Chamartín - MAYA BALANYA

El mes con menos viajeros en la red de Cercanías de Madrid

El éxodo estival pasa factura a los trenes, que pierden más de 6 millones de usuarios

Madrid Actualizado: Guardar
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Atocha es una parada obligada para todas las líneas de Cercanías a excepción de la C-9. Por esta estación circulan cada día miles de personas. Las razones son múltiples: ir a clase, al trabajo, hacer recados o visitar a familiares y amigos. En periodo estival todos esos desplazamientos se reducen exponencialmente.

«La explicación es sencilla: son los meses con menos residentes fijos en Madrid», opina Juan, un informático al que le toca «pringar» en agosto. «Mucha gente se ha marchado de vacaciones fuera de la ciudad, y eso se nota», constata este usuario. Se dispone a coger la línea C-4 al igual que Carmen, una señora que se bajará en la última parada, la de Parla, para ir a casa de su hijo.

«Este tren lo cogen muchos jóvenes que estudian en universidades de municipios cercanos», cuenta ella. Y procede a explicarse: «Se les reconoce porque llevan mochila, apuntes y van hablando de sus cosas. En estas fechas ese colectivo desaparece, lo que supone un desahogo para los vagones».

En sentido contrario –con dirección San Sebastián de los Reyes– viajan Fran y Esther. «Yo cojo esta línea cada día a la misma hora, y en agosto echo de menos muchas caras conocidas», comenta él. No es el caso de su acompañante, que se ha subido hoy después de casi dos meses sin pisar un tren. «Cuando no tengo que ir a la oficina prefiero evitar el transporte. Me muevo fundamentalmente por mi barrio y prefiero ir caminando siempre que la distancia lo permita», reconoce.

Los datos lo corroboran. Según el Ministerio de Fomento, en agosto del año pasado la caída de usuarios en Renfe Cercanías Madrid fue de un 33% con respecto al resto de meses. En concreto, 12.751.000 personas que se subieron a estos trenes frente a los 18.984.000 pasajeros que, de media, lo hacen habitualmente. El mes más concurrido fue noviembre, con 21.908.000 viajeros transportados. Y, a falta de cifras oficiales, 2016 parece ir por el mismo camino. Solo de mayo a junio la red madrileña de cercanías ha perdido más de un millón de usuarios. «Yo estoy encantada porque no hay tanto jaleo y suelo encontrar sitio para sentarme», comenta Silvia mientras aguarda la llegada de su tren en la estación de Chamartín. «Aquí también hay ferrocarriles de larga distancia. Eso hace que, pese a las vacaciones, siempre esté transitada. Si te vas a otras estaciones secundarias el descenso de usuarios se nota mucho más», constata un trabajador de Renfe.

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