El marido de Carmena apoya la Operación Chamartín, que rechaza la facción radical de Ahora Madrid

La conocida como operación Chamartín se aprobó el pasado mes de julio tras 25 años de impás . El Ayuntamiento de Madrid, el Ministerio de Fomento, Adif y la promotora Distrito Castellana Norte (DCN) alcanzaron un acuerdo para el desarrollo del norte de la capital, tras seis meses de conversaciones. La llegada del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, reactivó las negociaciones para desbloquear el proyecto, después de que el Gobierno de Manuela Carmena tumbara, con el apoyo del PSOE, el plan aprobado por la corporación de Ana Botella (PP). Pese al éxito anunciado por todas las partes, el núcleo más radical de Ahora Madrid -Carlos Sánchez Mato, Pablo Carmona, Rommy Arce, entre otros- criticó severamente el acuerdo.

Ahora, tres meses después de aquello, el marido de Carmena y arquitecto de profesión, Eduardo Leira, defiende abiertamente el proyecto en una tribuna abierta publicada en El Club de Debates Urbanos. «Nos quejábamos, y con razón, de que la Operación Chamartín respondía sobre todo a aquello de caballo grande, ande o no ande. ¿Es que ahora vamos a seguir en lo mismo pero al revés? Lo que se ha acordado, ¿es malo porque sigue siendo “grande”?.¿Es que se parte de que contra menor, mejor? Parece que habría que profundizar algo más en el análisis. No cabe hacerlo ni en twitter, el máximo peligro actual de simplificación total, ni en una Tribuna Libre. Se requiere algo más», comienza en su misiva.

A continuación, Leira desgrana los pasos dados en los últimos meses, y el esfuerzo acometido por el Ayuntamiento para cerrar un acuerdo «con cifras reales» . Y resume en seis puntos lo que significaba la propuesta de Madrid Puerta Norte (presentada a raíz del primer rechazo): «eliminar el doble lastre de las disparatadas infraestructuras previstas (sobre todo el Nudo Norte) y la sobre edificabilidad que artificialmente se asignaba para pagarlas», «plantear la relevancia y consiguiente prioridad de la nueva estación como componente urbano» o «proponer para Madrid, como novedad hasta ahora no planteada, un Centro Terciario de Negocios (CTN), allí donde únicamente puede plantearse» son algunas de las claves planteadas.

Recalca, además, que la dirección de la obra ha cambiado . «Antes, había venido siendo siempre entregada de hecho, como si de iniciativa privada fuera, a la sociedad adjudicataria, Duch/DCN. Ahora, se ha tomado la dirección pública del proceso. Por primera vez es el Ayuntamiento de Madrid quien la lidera. Ello rompe la inercia», sostiene. Y añade que DCN ha perdido la hegemonía que mantenía: «Más allá de la drástica reducción de su edificabilidad global, ya no cuenta con el montante de 'edificabilidad flotante' (procedente de los suelos ocupados por las vías vivas y la estación) que pueda ir asignando a las distintas Unidades de Ejecución para dominar todas ellas».

En cuanto a la «decisión de ciudad» para apostar por un Centro de Negocios, Leira señala que en este caso se dan las condiciones para tal fin . «Hay un suelo disponible; hay un inicio ya construido, se puede hacer en torno al lugar de máxima accesibilidad de transporte público; la estación y sus edificaciones complementarias pueden constituir una importante ancla del Centro; se puede acometer sin tener que demoler/realojar ninguna población previamente instalada en su suelo y se cuenta con un inversor 'apalabrado' en una colaboración pública-privada. Además, no puede hacerse en otro lugar, ni trocearlo.», remarca. Y termina con una conclusión que difiere con la postura de varios de los concejales de Carmena: «Las genéricas acusaciones, tan manidas, de especulación y/o de entreguismo por parte municipal carecen de fundamento».