Alrededores del Mercado de San Miguel, donde se aprecia un wáter
Alrededores del Mercado de San Miguel, donde se aprecia un wáter - MAYA BALANYA

Madrid devorada por la basura: «Tanta porquería destroza la imagen de la ciudad»

Más de un millón de visitantes se han topado este verano con contenedores quemados y papeleras siempre llenas

Madrid Actualizado: Guardar
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Con la capital en máximos históricos de visitantes en verano, el problema de la suciedad sigue siendo el principal enemigo para el centro de la ciudad. Las bolsas de basura, cartones y residuos amontonados alrededor de los contenedores, la porquería acumulada en los alcorques y los regueros de líquidos y orines captan la atención de los miles de turistas que pasean por Madrid: «Llama mucho la atención que haya tantos focos de basura, destroza la imagen de la ciudad», lamentan Luisa y Ali, dos mexicanas de viaje.

El distrito de Centro, presidido por Jorge García Castaño, es uno de los principales focos turísticos de Madrid. A la vez, es uno de los más afectados por la falta de limpieza.

El eje de la Puerta del Sol y el entorno de la Plaza Mayor, dos de los enclaves más transitados, muestran los estragos de la falta de civismo y las deficiencias de los servicios de limpieza y recogida de basuras. Si bien ambas zonas destacan por su buena apariencia, en las calles adyacentes la situación es completamente la contraria. No obstante, la fuente ubicada en Sol amanece últimamente llena de latas y botellas, desde que los pinchos que la rodeaban fueron eliminados para que la gente se sentase.

Uno de los espacios más visitados por los turistas es el Mercado de San Miguel, detrás de la Plaza Mayor. Dado que es una zona con numerosos restaurantes, la acumulación de basura en los contenedores es algo habitual. Ayer, en la parte trasera del transitado espacio gastronómico, había todo tipo de residuos, con un váter como el elemento más destacado. «Hay cosas que pueden entenderse por los restaurantes, pero justo por eso debería haber más limpieza», declara una pareja de sevillanos que visitan la capital durante toda la semana.

«No basta con barrer, hay que baldear con agua y jabón», opina un trabajador de una tienda de «souvenirs» en la Calle Mayor, que prefiere mantener el anonimato. Lo cierto es que en algunas de las estrechas e históricas callejuelas, los regueros en las paredes y el suelo no desaparecen. Es el caso de la calle del Codo, que une la plaza de la Villa con la del Conde de Miranda, el hedor a orines.

La frecuencia y la intensidad de la limpieza es algo que también denuncian los vecinos de Centro y sus comerciantes. El presidente de la Asociación de Empresarios de la Gran Vía, Florencio Delgado, asegura que «la suciedad no se soluciona como se debe». «En los lugares donde hay más peatones debería limpiarse el doble porque la afluencia es el doble», añade. El principal problema que señalan los comerciantes de esta zona comercial, la más importante de Madrid, es que las papeleras «siempre están llenas». Emilio García, responsable del quiosco situado cerca de Primark, sostiene que «se vacían muy poco: ni yo ni nadie tiene donde tirar un simple papel».

La afección de la basura es evidente de cara al comercio y el turismo, aunque los datos más recientes revelan precisamente lo contrario. La falta de soluciones al problema de la limpieza, estancado a pesar de que el Gobierno de Manuela Carmena lo ha situado como una prioridad, coincide con un repunte de los visitantes.

Precisamente ayer, el Ayuntamiento sacaba pecho de las cifras de visitantes a la capital durante este mes de julio: 760.344 personas. Si a ellas sumamos el de quienes nos están visitando en agosto, el dato supera con creces el millón de turistas. O lo que es lo mismo: cientos de miles de personas que, entre tapas, museos y fiestas, se han topado con una ciudad devorada por la basura en las zonas con más reclamo de visitantes. Ricardo y Sofía, una pareja de argentinos, así lo certifican: «deberían cuidar algo tan bonito».

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