Ley del silencio en el Ayuntamiento de Alcalá para ocultar la fiesta con «strippers»

Los trabajadores municipales callan y el Gobierno pone a una funcionaria a investigar el caso del «homenaje» al funcionario

Madrid Actualizado: Guardar
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Mejor hubiera sido que al ya célebre Julio le hubieran invitado, como es tradición en el Ayuntamiento de Alcalá de Henares, a «una cerveza, una copa de champán o un pastel». Este es el menú habitual, según el portavoz municipal, Fernando Fernández Lara (PSOE), cuando toca jubilación en un Consistorio golpeado por el escándalo de la fiesta con «striptease» que se celebró a principios de mes en instalaciones municipales. Como es de ley, se ha abierto una investigación, de la que reniega la oposición porque considera que les deja fuera y otorga al Gobierno local, compuesto por PSOE, Somos Alcalá e IU, todo el poder. Y eso que hay quien denuncia que dos ediles del Gobierno acudieron a la fiesta.

Los nervios en la ciudad cervantina están a flor de piel y para evitar males mayores, el alcalde, Javier Rodríguez Palacios (PSOE), prefirió que Fernández Lara hiciera las veces de Sancho Panza y lidiara ante los periodistas como buen escudero.

Voluntarioso, el edil se afanó en defender a sus compañeros señalados como si peleara contra molinos: «Quiero desmentir categóricamente que alguno de los dos estuviera allí cuando se produjeron los hechos». Fernández Lara negó así que Carlos García Nieto (PSOE) y Alberto Egido (Somos Alcalá), que tienen sus despachos en el centro donde se celebró la fiesta, estuvieran allí en la tarde del viernes 3 de marzo, cuando dos «strippers» -un hombre y una mujer- entraron sin permiso y sin ser funcionarios («raro sería que un Ayuntamiento tuviera este tipo de personal en nómina», ironizaban otros ediles en los pasillos) en el Parque de Servicios.

«Nos enteramos por los propios concejales», explicó el portavoz municipal ayer, a ABC, a los pies del Ayuntamiento, donde la noticia no se comunicó hasta esta semana. El lunes se informó a los sindicatos. Entonces ya habían pasado diez días desde la fiesta, pero aún más tarde se enteraron, concretamente ayer, los partidos de la oposición. «Lamentamos la actitud del alcalde, que durante dos semanas no ha informado de un hecho tan grave a la oposición», denuncia Víctor Chacón, portavoz del PP en el Consistorio.

Los señalados

En virtud de a quién se le pregunte, los señalados por este escándalo cambian. Si la cuestión se le formula a un político, éste mira hacia los dos concejales que presuntamente habrían estado en la fiesta: «Es obligada la dimisión», manifiesta Chacón, a quien completa Miguel Ángel Lezcano, portavoz de Ciudadanos: «Que exija la dimisión de aquellos concejales que pudieran tener conocimiento de estos hechos». Sin embargo, si son los sindicatos quienes responden, critican que vayan a ser los funcionarios municipales quienes salgan peor parados.

«Nos preocupa que esa vaya a ser la intención del alcalde», vaticina el portavoz del PP, que involucra en el caso a dos ediles. «Una de las informaciones que nos llega por parte de trabajadores es que, sobre todo el concejal de Obras y Servicios -García Nieto-, está en la fiesta largo tiempo y en las cercanías del espectáculo», confirma a ABC para después mirar hacia Egido, el otro edil que presuntamente habría acudido: «Sí que tenemos datos de alguna aparición pero no tan intensa».

La investigación sobre si hubo o no dos ediles de la Corporación municipal en la fiesta, si fueron conscientes de ella o no y que depurará responsabilidades en el caso ya está en marcha y la encabeza, según confirmó el PSOE, una alta funcionaria del Ayuntamiento. Según pudo saber este diario, tanto PSOE como Somos Alcalá coincidieron al impusarla, aunque este último grupo prefirió no añadir más declaraciones a las del portavoz del Gobierno.

Independencia en duda

«Es complicado que un funcionario vaya a ir contra su superior jerárquico», cuestiona el PP, que sugiere que hubiera sido mejor una comisión investigadora, ya que daría voz al resto de sensibilidades políticas. «Con este modelo, nosotros sí podríamos preguntar o citar a alguien, pero en una investigación reservada, al final, es enterrarlo. Nadie sabe quién va o qué dice, sino que sólo se saben las conclusiones», lamenta Chacón.

El regidor no opinó sobre la conveniencia de la comisión, principalmente porque ayer no abrió la boca y se ocultó tras su portavoz. Tampoco se conocen detalles de la investigación ni quién pagará las consecuencias.

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