El bloque de la calle del Olivar, 23, donde hay okupas
El bloque de la calle del Olivar, 23, donde hay okupas - RAFA ALBARRÁN
Sucesos

Lavapiés: un «piso» para traficar con droga por 700 euros

La plataforma vecinal tiene contabilizado medio centenar de okupaciones en tres años

MADRID Actualizado: Guardar
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En el barrio de Lavapiés, la moda son las «narco-okupaciones». La plataforma vecinal del barrio, situado en el distrito de Centro, explicó a ABC que en tres años llevan contabilizadas medio centenar de ellas. Los usurpadores son, generalmente, subhasarianos, quienes las emplean los pisos como lugar para traficar con droga, con los consiguientes problemas que acarrean en el vecindario. Así lo indica una afectada del número 23 de la calle del Olivar, que convive desde diciembre de 2015 con uno de esos puntos «negros». El otro es reciente: «Están al acecho de las casas vacías en esta calle, en la de San Carlos, en la del Olmo... cuando eso ocurre, por 700 euros un cerrajero les cambia la cerradura y se instalan dentro hasta que el propietario denuncie y les desahucien».

Explica que, en un inmueble, uno de los propietarios se topó con esa desagradable sorpresa cuando fue en enero a revisar la casa que pensaba vender. «Para su sorpresa, los inquilino le exigieron 700 euros que habían pagado, extorsión a la que no cedió. Ese día puso los hechos en conocimiento de la Policía de Centro». El caso está en el Juzgado de Instrucción número 19 de plaza de Castilla, a la espera de que se celebre el juicio.

Desde entonces, ha habido otros dos intentos de ocupación, en uno de ellos, con la propietaria, una anciana de 84 años dentro. «El sujeto intentó entrar en por una ventana, tras haberse descolgado por un canalón. La mujer le sorprendió y cerró, presa del miedo. «Es la veterana, llegó con sus padres en 1942 y afirma que jamás se ha sentido tan vulnerable como ahora», afirma la plataforma vecinal.

Inquilinos y propietarios en el edificio afirman encontrarse «a diario con desconocidos consumiendo droga en el rellano de la escalera y que, incluso, han llegado a realizar sus necesidades en las zonas comunes». La lista de quejas es larga: fuerzan el portal una y otra vez, para que permanezca abierto toda la noche, así como las luces de la escalera. Y sospechan que han manipulado el contador para tener luz gratis.

El periodo de máxima actividad «comercial» es durante la tarde y la madrugada. «Todos van al "narco piso", y salen poco después con signos evidentes de haber consumido drogas», relatan los vecinos que se cruzan con ellos a diario. «Nos sentimos desamparados, a merced de la ley de la selva», explican.

Afirman que la Policía Nacional de Centro intenta evitar que entren drogadictos y menguar así el negocio y apaciguar los ánimos. «Pero ellos se mudan y se van a otro lado», relatan, desesperados.

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