El director biológico de Faunia, junto a una de las especies más peligrosas: la king cobra
El director biológico de Faunia, junto a una de las especies más peligrosas: la king cobra - DE SAN BERNARDO

El joven herido por la cascabel salvó la vida porque no era una cría

Faunia facilitó a La Paz un antídoto diferente al marcado para mordeduras de ofidios europeos. Al ser un ejemplar ya joven, el veneno es menos tóxico

MADRID Actualizado: Guardar
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Escurridizas, inteligentes, impredecibles y muy peligrosas. Así son las serpientes que exhibe Faunia, el Parque Temático de la Naturaleza, en el pabellón bautizado como Veneno. Ese que constituye su arma de supervivencia e inoculan cuando se sienten amenazadas a través de colmillos que son como agujas hipodérmicas. Eso le ocurrió a Juan Carlos, el joven que asegura que fue mordido por una cascabel diamantina en un parque de Tetuán.

«Es imposible; se trata de una especie endémica del sureste de EE.UU. prohibida en España», explica a ABC Agustín López Goya, director biológico de Faunia. Por lo tanto, alguien la debió de abandonar o la llevó hasta ese lugar ya muerta: «Ha tenido mucha suerte, pues el veneno más tóxico, el más concentrado, lo tienen las crías, y el ejemplar que mordió al chico era joven».

Aunque la diamantina no está en el listado de los ofidios más peligrosos del mundo (king cobra, mamba negra y víbora sopladora española) o los autóctonos (la víbora cornuda y la hocicuda), su picadura puede ser letal.

Su veneno es hemotóxico, ataca los tejidos y la sangre, provocando hemorragias; y neurotóxico, daña el sistema nervioso. Puede provocar desde la inflamación de un miembro a su necrosis, así como la muerte por un paro cardíaco. «La sustancia actúa primero en los tejidos que va destruyendo y luego se va expandiendo hacia los órganos internos. Por ello, es esencial aplicar el antídoto cuanto antes», agrega López Goya. Esas gotas salvadoras para Juan Carlos las facilitó Faunia al Hospital de La Paz, donde ingresó. Ahí tienen el antídoto que marca el protocolo para mordeduras de ofidios europeos. No era el caso, necesitaban «el americano», como insistía el joven sin explicar por qué. El Parque Temático entregó a los sanitarios una veintena de viales polivalentes que almacenan por si los empleados sufren algún ataque.

Una muerte en Reino Unido

Las muertes en Europa por ofidios son episódicas. En Reino Unido falleció un hombre atacado por una cobra del criadero que tenia en su casa. Fue el 30 de junio de 2011. Es una barbaridad tener animales de este tipo en casa, alerta López Goya: «Necesitan unas instalaciones específicas y clausuradas, el cuidado de expertos, que actúan protegidos de pies a cabeza y unas medidas de seguridad rigurosas».

En la entrada al Reptilario, da la bienvenida una frase de Paracelso, médico y alquimista suizo del Renacimiento: «Nada es veneno, todo es veneno, la diferencia está en la dosis».

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