Huelga encubierta de basuras en la zona norte de Madrid

En el entorno de Peñagrande (Fuencarral-El Pardo) no se recoge la basura en algunas calles desde el pasado lunes. El carnicero de la calle Fermín Caballero, 70 pide a los porteros de las fincas que metan los cubos en los portales por la noche. El olor entra en su local y no puede abrir la puerta, arguye. Pero los trabajadores de las edificios no pueden hacer otra cosa más que apilar las bolsas de residuos de los propietarios junto a los cubos de recogida que están en la vía pública. «No sabemos cuál es el motivo de por qué no pasa el camión de la basura. No sale nada en los medios ni el Ayuntamiento dice nada. Los vecinos están enfadados», comenta Miguel Ángel Poza, el conserje de Betanzos, 66.

Solo en esa avenida y en la calle Isla de Arosa, con bloques de hasta 15 plantas, hay 1.000 viviendas. El motivo es una huelga encubierta de recogida de basuras o, como prefieren llamarlo los sindicatos, «una medida de presión» a la UTE Cespa (Ferrovial)-Urbaser (ACS) que presta el servicio en la periferia de la ciudad. Vallecas y Manoteras también han sufrido los retrasos en la recogida estos últimos días.

Según informa Moisés Torres, representante de la limpieza viaria de UGT, el miércoles pasado la UTE trasladó a los trabajadores que se iban a retirar servicios de la calle por el material defectuoso. La Cespa-Urbaser cuenta con 200 camiones que, en su mayoría, cumplieron con su vida útil hace tiempo y no han sido renovados ante la incertidumbre de si continuarán con los contratos. Los heredaron en mal estado en 2014 de FCC, que había tenido el monopolio del servicio.

«Quieren sacar camiones y trabajadores de la calle y que asuman los servicios otros con los vehículos que no están mal. Eso afecta a que habrá compañeros que dejen de cobrar porque un 15% de los empleados –entre 120 y 130– son plantilla flotante, es decir, que se les paga si trabajan», apunta el portavoz sindical.

Confirman desde Ferrovial que cada día entran al taller entre 60 y 70 camiones defectuosos. Hay maquinaria que en la misma jornada va dos veces a ser reparada. «La flota está hecha un desastre y se ha ampliado el contrato un año y vamos a ir a peor», consideran. Fuentes conocedoras del conflicto apuntan a que los trabajadores están en modo de huelga porque quieren introducir mejoras en el convenio vigente: económicas y a través de pluses. «Eso es difícil cuando existe un mismo convenio para las dos empresas que se reparten toda la ciudad», sentencian.

El Ayuntamiento ha mediado con las partes para que se restablezca la normalidad. Los retrasos en la recogida han afectado en mayor medida a la zona norte de la capital y Vallecas.