Decenas de madrileños, el 1 de abril de 1939, comienzan a descubrir la Cibeles
Decenas de madrileños, el 1 de abril de 1939, comienzan a descubrir la Cibeles - ARCHIVO ABC

La desaparecida pirámide de Cibeles, el blindaje de la diosa de Madrid

Durante la Guerra Civil, a los pies del Palacio de Telecomunicaciones, una enorme mole de ladrillo apuntaba al cielo de la capital

Madrid Actualizado: Guardar
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Las pirámides del Antiguo Egipto, según las primeras teorías, se levantaron como mausoleo para que el legado del faraón y su dinastía fuesen eternos. Después, nuevas investigaciones han cuestionado esta postura y no solo señalan la ausencia de sarcófagos, sino que atribuyen otras funciones. Construcciones análogas alrededor del mundo, también envueltas en un aura de misterio y especulaciones, suscitan igualmente un debate sobre su utilidad. Donde no ocurre es en Madrid, si bien no existe un conocimiento generalizado de que en plena capital se edificara algo así.

Solo hay que remontarse ochenta años atrás, a la Guerra Civil, para conocer la pirámide de Cibeles. Apenas estuvo en pie los tres años que duró el conflicto y la única asociación con sus «hermanas» de Egipto (salvando las gigantescas diferencias en todos los sentidos) fue la forma y su propósito.

No se trataba de una tumba ni un panteón, pero sí se diseñó para blindar un vestigio único del pasado, concretamente de 1777. A los pies del Palacio de Telecomunicaciones, actual sede del Ayuntamiento, se levantó una enorme mole de ladrillo para proteger la fuente de Cibeles.

Una estructura en forma piramidal que apuntaba al cielo de Madrid junto a los característicos torreones del palacio. Con una doble protección, a base de sacos terreros y arena, la diosa estuvo a salvo de los obuses que arrasaron una parte de la capital. Otros lugares emblemáticos de la zona, como la Biblioteca Nacional, no corrieron la misma suerte y sí sufrieron daños estructurales.

Varios operarios construyen la pirámide para proteger a la Cibeles
Varios operarios construyen la pirámide para proteger a la Cibeles - ARCHIVO ABC

Si en Egipto el objetivo era preservar el legado de los faraones, en este caso lo fue conservar la obra de Ventura Rodríguez, emblema de la ciudad y representación de su reconversión; símbolo del cambio de una villa desaseada y abandonada a una capital a la altura de sus homólogas europeas. La Cibeles, como Neptuno y otras esculturas, fueron esculpidas bajo mandato de Carlos III. Su idea era que el Paseo del Prado fuera la arteria principal de un Madrid más culto, aparente y avanzado. Así, se blindó la fuente durante la guerra y no fue hasta abril de 1939 cuando se comenzaron a retirar los ladrillos. Fueron los propios madrileños quienes, por cuenta propia, alumbraron de nuevo a la que de facto es la diosa de la capital.

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