La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en una imagen de archivo
La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en una imagen de archivo - MAYA BALANYA

Desahucios, operación Calderón o bajada de sueldos: los otros «retrocesos» de Carmena

Como ha ocurrido con el caso de las calles franquistas, el Ayuntamiento de Madrid ha cambiado su criterio en márgenes de tiempo muy breves

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Ni 24 horas tardó Ahora Madrid en cambiar de parecer respecto a la revolución que había pactado con el PSOE para cambiar el nombre a más de 160 calles de la capital, relacionadas con el franquismo. De nuevo, la sensación de volatilidad e improvisación marcó la actuación de Manuela Carmena y su equipo de Gobierno, que traicionaron a su socio de investidura con la única explicación de que «no era el momento» para acometer esta empresa. El acuerdo firmado la noche anterior entre Purificación Causapié y Rita Maestre, registrado por la mañana en el pleno, era papel mojado.

En estos casi seis meses al frente del Ayuntamiento, sin embargo, este comportamiento inestable no es ninguna novedad en Carmena.

Las matizaciones a sus propuestas e iniciativas, más allá de si es feliz o no, se han repetido en la práctica totalidad de las áreas municipales. A principios de octubre, Urbanismo presentó un recurso contra la suspensión de la operación Calderón, aunque su programa electoral marcaba lo contrario. Una vez que Ecologistas en Acción manifestó su «perplejidad y decepción» por esta decisión, ya que Ahora Madrid había firmado con ellos un pacto «contra la especulación y por el derecho a la ciudad», contemplando la paralización de esta y otras obras, el Consistorio reculó y retiró el recurso.

Lo cierto es que, como ilustra este último caso, Ahora Madrid es en parte esclavo de su programa y de sus consignas en campaña. Lo prometido entonces se convirtió tras la investidura en «un conjunto de sugerencias». Sin más. La imposibilidad de acometer buena parte de las medidas, imposibles por la ausencia de competencias del Consistorio, viró la actuación y el discurso. En este punto destaca el tema de los desahucios, bandera del Gobierno municipal. La alcaldesa y sus concejales irrumpieron en la actualidad política con la certeza de que acabarían con ellos. Nada más lejos de la realidad. De hecho, el coordinador general de la Alcaldía, Luis Cueto, reconoció en una entrevista a ABC que «el Ayuntamiento no puede paralizar los desahucios», y que decirlo así «fue un error».

Las primeras semanas de gobierno fueron una constante en ese sentido, con matizaciones y renuncios a las cooperativas de madres para limpiar colegios, a la implantación de una tasa turística o a la creación de un banco público. Parte de estas contradicciones, tanto hace seis meses como en la actualidad, tienen que ver con un discurso de dos cabezas, diferenciado si se trata de la alcaldesa o de sus ediles. En la relación con ellos, precisamente, surge otra incoherencia. Varios de los concejales, como Rita Maestre o Guillermo Zapata, están o han estado imputados por diferentes motivos, pero ninguno dimitió. Aunque era una prédica habitual antes del 24 de mayo, después no fue tal; idéntico a la rebaja de sueldos que, todavía hoy, no ha alcanzado a ningún miembro de la marca blanca de Podemos en el Ayuntamiento de la capital.

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