Denuncian que la nueva estación de Gran Vía amenaza el patrimonio histórico de Metro

Metro niega que las obras vayan a afectar a algunos elementos protegidos, ya que los señalados por el denunciante «no existen»

La antigua estación de Metro de Gran Vía

AGENCIAS/S. L.

La asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio ha denunciado a la Dirección General de Patrimonio la reforma de la estación de Metro de Gran Vía por considerar que supone la «destrucción completa» del antiguo acceso de la estación y sus vestíbulos subterráneos de 1919 y 1934, así como los restos originales del ascensor diseñado por el arquitecto Antonio Palacios. Metro, sin embargo, niega que vaya a producirse tal daño porque estos elementos «no existen»

La asociación destaca que la Ley regional de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid contempla en su disposición transitoria primera la protección cautelar de diversos bienes, entre los que se incluyen las estaciones de ferrocarril anteriores a 1936 . Además, señala que la estación de Gran Vía «cumpliría en fechas (tanto en la parte inicial de 1917-19 como su ampliación de 1934, los requisitos» de esta normativa. «En una superposición básica de la planimetría histórica actual y prevista, se aprecia cómo el proyecto de reforma supone la destrucción del pozo de acceso con ascensor y escaleras original de 1919 y el vestíbulo subterráneo complementario construido en 1934 a raíz del incremento de viajeros», afirman.

También expone que el diseño original de Metro, trazado por el arquitecto Antonio Palacios , se ha «desdibujado hasta casi la extinción, banalizando sus elementos históricos , barriendo decoraciones y poniendo en peligro incluso sus elementos más auténticos conservados como son las Cocheras de Cuatro Caminos».

Más denuncias

La asociación Metropolitano Histórico de Madrid (MHM) ha anunciado que presentará una propuesta «alternativa» para la ampliación de la estación de Gran Vía para evitar que el proyecto actual «parta en dos» la bóveda de la estación y las escaleras de Antonio Palacios. La asociación ha afirmado que el proyecto, tal y como está enfocado, es «una amenaza al patrimonio histórico » y ha indicado que la ampliación «ni integra ni respeta» los dos elementos de mayor antigüedad de la estación: las escaleras de Antonio Palacios, cerradas al público en 1969 ni la bóveda de la estación, de 1919 y la más antigua del Metro .

Por otro lado, desde la Consejería de Transportes han explicado a EP que, a finales de la década de los 60 y con la entrada de la conexión de la línea 5 de Metro, se quitaron esos elementos . Exponen que no se puede «destruir nada» porque no quedan esos elementos y no entienden la reclamación de estas asociaciones.

Por su parte, Madrid Ciudadanía y Patrimonio explican que estos elementos estuvieron funcionando hasta esa obra y que ahora están en «desuso» los originales, quedando «condenados tras tabiques que cegaron sus conexiones iniciales con la L1».

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